Loles León: «No me jubilo porque Hacienda no me deja»

– 'Una noche con ella' la escribe Juan Luis Iborra en el confinamiento basándose en en su vida. ¿Cómo ha sido trabajar sobre un texto biográfico?

– Me gustó muchísimo, me conoce desde hace 37 años y hemos trabajo mucho juntos. Fue él quien me llevó al programa de Raffaella Carrà ('Hola Raffaella') porque era el guionista y preparaba todas los programas. Y también dirigió y escribió junto a Yolanda García Serano la primera película que hice, 'Amor de hombre'. Tenemos mucha amistad y sabe por dónde meterme mano en el espectáculo.

– ¿No tuvo que tachar nada del guion?

– Cuando me leyó las primeras cuatro páginas me parecieron perfectas, hay cosas que son de mi vida. Algunas cosas se han tachado porque se hacía largo y todo no es tan trepidante. Hasta en los mejores guiones hay que quitar paja.

– Empezó en el mundo del espectáculo muy joven. ¿Cuándo fue la primera vez en un escenario?

– Eso sería con 18 o 19 años. Yo ya quería y de pequeñita estaba bailando y cantando por ahí. Siempre que había una fiesta cantaba y bailaba. Pero con 19 años empecé a tener el gusanillo muy metido y me quise dedicar por completo. Pero cuando lo planteas en tu casa se echan las manos a la cabeza.

– Eso de 'quiero ser artista' no fue acogido con mucho entusiasmo…

– Eso no funcionaba y me decían 'búscate un trabajo de verdad'. Yo pensaba que eso era un trabajo de verdad e igual en otro me iba peor. Yo, siempre a contracorriente.

– Y no solo trabajaba, sino que empieza a ser reconocida. ¿Cómo lo lleva?

– A mí me gusta porque me ha costado tanto que una vez que has conseguido lo que pensabas que podía ser el camino no te molesta. Me gusta atender a la gente, hacerme fotos y firmar autógrafos. A no ser que me encuentre en un momento muy angustioso, nunca digo que no. Tienes que pensar que esas personas a lo mejor no te vuelven a ver. Además me gusta porque me siento muy diva.

– Se dice en la hoja del programa de 'Una noche con ella' que hay un ochenta por cien de realidad y un veinte por cien de ficción. ¿Se desvela qué parte es inventada o se deja en manos del espectador?

– Ya lo explico yo en la función que si quieren empezar a elucubrar si es verdad o mentira una cosa tienen que intentar adivinarlo. Diría que hay algo más de ficción que el veinte por ciento. Sería un sesenta de verdad y cuarenta de ficción.

– Uno de los momentos que recoge la actuación es cuando se cayó por unas escaleras entrando en la suite del actor Jeremy Irons.

– Eso sí es verdad. Lo explico porque es un momento gracioso. Aunque se sepa, a la gente le hace gracia y lo escenifico de una manera muy cómica.

– ¿Se ha planteado o le han propuesto escribir una biografía? Podría ser la continuación de esta obra...

– Sí, pero tendría que hacerla con un abogado al lado. De momento no va a poder ser, va a tener que quedarse ahí tal cual está. No sé si en algún momento puedo soltar alguna plumilla, pero en principio vamos a exponer y disfrutar con la función. Además, la gente está muy susceptible y todo el mundo se siente muy aludido y ofendido. Yo a lo mío…

– Trabajó con Raffaella Carrà. ¿Cómo recibió la noticia de su fallecimiento?

– De Raffaella lo aprendí todo, no solo profesionalmente, sino también lo que es una amiga y una especie de hermana. Es alguien a quien quise mucho. No hice entrevistas en su momento porque no podía hacerlas. Tenía mucho dolor y a veces todavía no controlo la emoción.

– ¿Cuándo se jubilan las actrices? Hay una generación anterior (Concha Velasco, Núria Espert…) que todavía sigue sobre las tablas.

– Creo que no nos jubilamos porque no nos deja Hacienda. Nosotros no podemos por Hacienda. Lo hacemos todo por España. Y Hacienda no nos deja tal y como va la vida...

– ¿Quiere decir que la pensión que le quedaría es baja?

– No te puedes retirar. Con lo poquito que nos dan no nos llega, lo hemos hablado y es así… Aparte de eso, mientras se puede se hace, pero por la otra parte no nos llega. Además, como nos apasiona lo que hacemos estamos felices y sentimos amor. Hacer reír al público y hacerles pasar un momento emotivo es lo mejor que nos puede pasar.