La Blanca 2023

De 'Allí abajo' a lo más alto del humor vasco

Los actores y monologuistas, dos de los más conocidos de la escena vasca, protagonizan un enredo acerca de los sueños y el alto precio que hay que pagar para alcanzarlos. Plazaola da vida a un joven cineasta al que nominan al gran premio del séptimo arte. Junto a ellos, las actrices Rebeca Sala y Mara Guil completan el plantel de una puesta en escena marcada por la influencia del absurdo de Miguel Mihura y lo berlanguiano.

Tan solo unas horas después de pasar por el camerino para meterse en la piel de otros personajes, vivirán desde la Balconada ese atracón festivo que llena la plaza de la Virgen Blanca. Han conseguido un sitio allí a base de echarle cara. Fue durante la rueda de prensa en la que presentaron esta obra hace un par de semanas cuando hicieron gala de su descaro y buen humor para lanzar un mensaje a las autoridades. «Esperemos que nos inviten a la Balconada», repitieron en un acto junto a la concejala de Cultura, Sonia Díaz de Corcuera, que entre risas recogió el guante.

Aguinagalde ya sabe lo que es actuar en el Principal un 4 de agosto. Fue justo hace 20 años cuando formó parte del reparto de 'Arsénico, por favor', una obra con la dirección de Gonzalo Suárez y su amigo Jorge Sanz. Entonces disfrutaron desde ese 'palco' con una impresionante panorámica. «Jorge Sanz no hacía más que decirme: ¡Hostia, Gorka! ¡Cuánta gente! La gente está muy acostumbrada a ver el txupinazo de Iruña en una placita más pequeña y se sorprende al ver miles y miles de personas», recuerda como anécdota el intérprete que también es un gran embajador de la capital alavesa.

Para Plazaola será la primera vez que vea la Bajada en directo y desde una posición «tan privilegiada», aunque reconoce que la ha seguido por televisión en otras ocasiones. Estas dos figuras de la comedia vasca demuestran tanta química sobre el escenario que, a veces, nos olvidamos de las largas horas de ensayo que hay detrás. Se conocieron hace más de una década en Humor en Corto, un festival de cortometrajes de Arrigorriaga. «Fue una edición que presenté yo y el homenajeado eras tú», recuerda Plazaola. «Efectivamente, ¡ves cómo somos de la misma edad! Ahí ya hicimos amistad», bromea Gorka Aguinagalde.

Al poco tiempo coincidieron en 'Allí abajo', la serie de televisión que explota los tópicos entre vascos y andaluces con Donosti y Sevilla como decorados. También los papeles por los que son más conocidos. Fue tan buena la acogida de dicha producción que pasaron a realizar una gira «inolvidable» de monólogos llamada 'Aupa y Olé' junto a parte del reparto. «Mucho kilómetro, pero mucha risa», cuentan. Ahora, con 'Un Oscar para Óscar' no cambian el registro, pero sí la latitud.

En la función que se representa en la capital alavesa, a Óscar (Plazaola) le acompaña un séquito compuesto por el ministro de Cultura (Aguinagalde) y la ministra de Hacienda (Mara Guil) que viaja hasta la gala de los premios Oscar en Los Ángeles en teoría como apoyo. A lo largo de la función se desvela que la «clase política va a su bola y se olvidan de las promesas que hacen al pueblo» en un montaje cargado de ternura y que, al mismo tiempo, busca provocar una carcajada.

Con algo de fama de fiesteros, en realidad, cuando se trata de una función teatral, el descanso es obligatorio. Eso, sí, han tenido actuaciones como monologuistas en los que el día anterior se les ha alargado algo más de la cuenta. «La verdad es que muchas veces una noche de juerga te da como una lucidez rara a la hora de hacerlos», comenta el guipuzcoano. «En comedia hay que saber reírse de uno mismo para poder reírte del resto. Una juerga te puede dar esa potestad para concentrarte más y ponerte las pilas», añade Aguinagalde.

– ¿Quién es más fiestero de los dos?

– Aguinagalde: Éste, que es más joven. Ya hemos salido, ya.

– Plazaola: Bueno, sí... Tú 'beti gazte' (siempre joven). En realidad, cada vez hay una mayor parte de ocio que hacemos en casa, con un vinito y tomándolo con otra tranquilidad.

Eso sí, Aguinagalde se guarda un día junto a varios amigos para salir a la calle a tocar la dulzaina cuando pasen las tres funciones teatrales. «Solo tocamos un día al año, es un día sagrado», apunta acerca de una reunión con un grupo de amigos. «Tocamos más que cuando lo hacíamos en dianas y vamos por la Kutxi, calle arriba y calle abajo».