El paraguas de Celedón no siempre fue azul marino

Gorka Ortiz de Urbina, que encarnará un año más -ya es el decimoctavo- a Celedón durante las fiestas de la Virgen Blanca, recibió ayer de manos del alcalde, Gorka Urtaran, los tradicionales aperos (bota y paraguas) con los que protagonizará el chupinazo de inicio de las fiestas. En esta ocasión, el paraguas, cuyo color tradicional es el azul marino, será morado, tonalidad que simboliza el rechazo a las actitudes machistas. Ortiz de Urbina aseguró que la iniciativa del Ayuntamiento le parece «una buena idea» y advirtió de que durante las fiestas, igual que el resto del año, no se debe permitir «ningún ataque sexista, ni forma de violencia machista». El uso de simbología morada durante estos días ha de «contribuir a educar» en este sentido.

Por su parte, el alcalde agradeció la implicación de Ortiz de Urbina y de diferentes sectores de la ciudad en la sensibilización frente al sexismo e hizo un llamamiento al «compromiso conjunto e individual» para mantener una actitud «positiva y firme a favor de la igualdad» durante las fiestas.

Esta es la tercera ocasión en la que el paraguas del Celedón varía su color. En 1998, la razón fue el orgullo por los éxitos deportivos de los equipos vitorianos. Aquel año, el Baskonia había jugado la final de la liga -que perdió contra el Manresa-, y el Alavés subió a Primera. La siguiente razón de peso para modificar el tradicional azul marino no surgió hasta catorce años más tarde, cuando Vitoria celebraba su nombramiento como Green Capital europea.