
Fiestas de la Virgen Blanca'24
Iñaki Kerejazu conquista VitoriaEstreno a lo grande ·
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Fiestas de la Virgen Blanca'24
Iñaki Kerejazu conquista VitoriaEstreno a lo grande ·
Ayudado por la masa, la nueva reencarnación de Celedón conquista con su cercanía y su llamada al respeto¿De verdad era tu primera vez, Iñaki? El rookie en llamar a la jarana lo bordó. La quinta encarnación humana de Celedón se ha ... despachado a gusto y ha dado la sensación de disfrutarlo. Nervios fuera. Quedó claro incluso antes de posar sus abarcas en el horno de la Virgen Blanca cuando, eufórico, calentó a las masas con el puro en la mano izquierda y el paraguas en la derecha. Qué buen heredero de Isasi, Orive, Landa y Ortiz de Urbina ha aflorado. Un estreno con matrícula de honor. Será difícil de superar.
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Ni miedo escénico, ni dudas, ni nada por el estilo. Iñaki Kerejazu demostró que algunos han nacido para esto. Profesor de día, malandro de noche, Celedón txiki hace justo dos décadas y desde ayer, notable Celedón con otros cuatro exámenes por superar hasta el 4 de agosto de 2028.
Además, no hizo falta que este toro de 1,80 metros y más de cien kilogramos sacara a pasear su fuerza física. Igual sucedió con sus acompañantes, de los que como cada año tiró su padre, Javier. Orgulloso padre. Blusa de los de antes. En los que el sentimiento lo es todo. Hubo momentos en que casi fueron de la mano.
Les ayudó asimismo que durante el primer tramo de esos cien metros de ligera pendiente se hizo el milagro. Las aguas humanas se abrieron ante este nuevo Moisés y su troupe de blusas y neskas solidarios. Cubrieron la primera parte como una centella y lo más importante, con sus aperos intactos. ¡Cómo brincaba Iñaki!, cumpliendo así el consejo del ya emérito Gorka Ortiz de Urbina. Un secretito. Su versado predecesor le acompañó también en esos minutos previos a mostrarse a su querida Vitoria como la última versión del aldeano de Zalduondo.
Tras dos minutos y 47 segundos de escalada –algo más abrupta en los metros finales–, Kerejazu pisó la escalinata de San Miguel. Bastante entero. Se limpió el sudor. Emocionado, cumplió con el protocolo de poner pañuelos a las autoridades y a la lanzadora del cohete.
Y entonces, por fin, pudo mirar cara a cara a la plaza. Su plaza. Los adeptos de Celedón. Un segundito de complicidad alargado porque no atinó con el micro de inicio. Pero le bastó la primera intervención para lograr la comunión perfecta con las más de 40.000 almas congregadas.
«Gora Gasteiz, gora Andremari zuriaren jaiak, gora Celedón», se arrancó en euskera ante el éxtasis general para entonar la canción más repetida en este 4 de agosto. Como su predecesor tuvo un recuerdo «para los que no pueden estar hoy aquí».
Y con la lacra de la violencia machista siempre presente, el blusilla de Hegotarrak no se olvidó de lanzar un llamamiento a la cordura. «Estamos en Gasteiz, en un espacio libre, en un espacio seguro para todas. Tenemos que disfrutar y tenemos que dejar disfrutar a los y las demás. Si no sabes respetar no vengas», cerró ante una cerrada ovación. Ojalá que sus palabras sean mágicas y surtan efecto de aquí al viernes 9 de agosto.
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