Se conocieron por Instagram, una red social, y su primer encuentro cara a cara, el martes en Vitoria, acabó con una «acción sexual no consentida», como lo calificó la Ertzaintza. La tarde del jueves, el sospechoso, un joven de 21 años, fue citado en comisaría. ... Tras pasar la noche en los calabozos, por la mañana le presentaron en el juzgado de guardia, Instrucción número 3. Según ha sabido este periódico quedó en libertad con cargos. Se le investiga por «un delito de agresión sexual».
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La Policía autonómica, mientras, trata de localizar al sospechoso del otro ataque sexual sin resolver denunciado en estas fiestas de la Virgen Blanca, que esta madrugada bajaron el telón. Este segundo varón, sin relación con el primer caso, confraternizó con otra joven en la zona de las txosnas. Cuando ella decidió irse a su casa, insistió en acompañarla hasta que logró convencerla.
Ya en el portal, no cejó hasta subir al piso, donde se produjo el supuesto ataque sexual. El tercero en las estadísticas policiales tras los «tocamientos» de un joven de 24 años a una menor la noche del martes. Policías locales le arrestaron a los pocos minutos.
A esos tres episodios de violencia machista conocidos por las autoridades policiales y judiciales podrían añadirse –al menos– dos más. Eso dejó entrever ayer la alcaldesa en la concentración de protesta celebrada en la plaza de España. Maider Etxebarria reveló la existencia de otros tres casos, sin dar más detalles. «Dos no han querido denunciar. Y la otra es una menor (se supone que la víctima de los tocamientos)».
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En cuanto al joven de 21 años ahora bajo la lupa judicial, conectó en Instagram con su víctima al contar con una amistad común. Gracias a esa conexión, su identificación resultó bastante sencilla. La denuncia recogida por la Ertzaintza determina que se vieron las caras por primera vez ese mismo martes.
De nuevo, la persistencia «durante horas» –por no llamarlo acoso– y una presunta intimidación verbal y física del joven ahora imputado derivaron en que ambos acabaran en un camarote de la zona centro. Allí ocurrió supuestamente la agresión sexual. Sin testigos, como suele ocurrir en esta clase de delitos.
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El caso de las txosnas, también adelantado por EL CORREO, se inició cuando víctima y agresor se conocieron de fiesta en las txosnas. Tras unas charlas previas, el varón invitó en un momento dado a la chica a alejarse «a un sitio más tranquilo», deslizan medios de la investigación. Poco después, cuando ella le informó de que quería marcharse a su casa, éste insistió en acompañarle. No paró hasta lograr su objetivo final, subir a su vivienda. Aparte del testimonio de la víctima, la Ertzaintza habría hallado evidencias biológicas en la inspección ocular de la habitación donde ocurrieron los hechos.
Mientras los blusas y neskas protestaron en los paseíllos del jueves y el movimiento feminista en las txosnas, los representantes políticos guardaron ayer 5 minutos de silencio por la mañana frente a la Casa Consistorial. «No se enteran. En Vitoria no caben las conductas y actitudes machistas. Tenemos derecho a disfrutar como queramos, donde queramos y con quien queramos», manifestó Etxebarria. Por la tarde, en otra multitudinaria concentración convocada por el movimiento feminista se manifestó el rechazo frontal a la violencia sexual contra las mujeres
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