La Blanca 2024
Los faroles encienden el fervor de los vitorianosProcesión. ·
La Cofradía de la Virgen Blanca congrega al mayor número de penitentes tras el parón de la pandemiaLa Blanca 2024
Los faroles encienden el fervor de los vitorianosProcesión. ·
La Cofradía de la Virgen Blanca congrega al mayor número de penitentes tras el parón de la pandemiaPara los incrédulos, para quienes creen que la llama del fervor vitoriano se ha apagado, los cofrades de la Virgen Blanca volvieron a dar su respuesta: tenue, tranquila, pero luminosa. Otro año más, prácticamente todas las joyas de vidrio policromado -271- de la ciudad volvieron ... a desfilar por el centro. Y los faroles lo hicieron con más luz que nunca. Con un ligero retraso sobre las 22.00 horas, 450 personas desfilaron por el centro de Vitoria, la mayor cifra desde el regreso de las fiestas tras la pandemia y las 'no Blancas' de 2020 y 2021. Ante ellos, y a lo largo de todo el itinerario, miles de vitorianos y visitantes. «No me acostumbro. Es impresionante. Vengo casi todos los años pero es algo que me sorprende siempre», exclamaba Marisol García al lado de la calle Dato.
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La tradición farolera de Manuel Díaz de Arcaya y Felicia Olave, importada hace 127 años desde Zaragoza, cuenta, además, con ilustres de la ciudad entre sus adeptos. La pregonera de las fiestas, Elisa Rueda, era una de las encargadas de los cirios marianos. Ella coge así el relevo de Eva García Saénz de Urturi, que portó su farol el año pasado y ha incluido referencias a los faroles vitorianos en sus libros. Además, Iñaki Kerejazu se ha alistado como cofrade de la Virgen Blanca, algo que ya hizo Gorka Ortiz de Urbina como Celedón en 2022.
Como en otros años, el 15% de los penitentes que desfilaron este domingo lo hacían por primera vez, alrededor del medio centenar de 'debutantes' con los faroles. Actualmente la Virgen Blanca cuenta con 3.000 cofrades y Ricardo Sáez de Heredia, el abad responsable de ella, reconoce que el reto sigue siendo rejuvencer a los devotos de la patrona. A eso ha ayudado el libro que Camino Urdiain ha dedicado a la tradición farolera, 'Luces para la ciudad', pero también ayudan los eventos en la calle. «En el día de los Auroros, este año se hicieron muchos cofrades».
Y prueba de ello fue una nueva salida en la que se pudieron ver caras jóvenes entre la marcha y que han servido para que la grandeza que Vitoria almacena en Zapatería 35 se encuentre con la que es más cotidiana: la plaza de la Virgen Blanca, la calle Prado, Becerro de Bengoa, San Antonio, Dato, Postas y de vuelta al museo. Especialmente singular es el juego de luces en Dato, donde la amplia recta de la arteria comercial deja un espectacular juego de luces digno de la idea de aquellos primeros alaveses que, hace 410 años decidieron fijar la tradición de honrar a la patrona. «Al ser de noche la procesión destaca más», afirma Leo Ortiz de Zárate, que asistió a la procesión casi sin querer, «de camino» al centro.
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De por medio, todos los misterios para honrar a la patrona: los gozosos, los dolorosos, los gloriosos, los luminosos y las letanías. Y, afortunadamente, ningún incidente para las reliquias de cristal, que acabaron su particular paseíllo intactas y con los deberes cumplidos.
Tras la procesión, la actividad de la Cofradía continúa. Los más madrugadores podrán disfrutar este lunes, 5 de agosto, del Rosario de la Aurora (7.00 horas) y, posteriormente de la misa en la iglesia de San Miguel, presidida por el obispo Elizalde, el nuncio del Papa y que contará, como es costumbre, con la Coral Manuel Iradier.
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El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, abogó tras el recorrido de los faroles por «la paz en un mundo en guerra» y defendió «la importancia de la fe», a la que destacó como un valor que es «siempre apertura y esperanza para una sociedad mejor». El máximo responsable de la iglesia alavesa también dirigió unas palabras al público que quiso ver la procesiónpara desear buenas fiestas a los creyentes.
Antes, en la mañana del domingo, hacía cedido el testigo al nuncio del Papa para que el 'embajador' de Francisco en España se dirigiese la comunidad católica de Vitoria. En vísperas de fiestas el clérigo pidió a los alaveses que ofrezcan «testimonios de una vida donde verdaderamente reina María» en los ambientes que frecuentes. El representante de Francisco pidió una «renovar el compromiso cristiano» en lo que calificó como «un mundo herido por múltiples afanes que apagan el ardor de nuestra fe dejando el corazón helado, en el desamor y en la falta de verdadera esperanza».
El responsable de Francisco también se pronunció sobre el reciente conflicto de las monjas clarisas de Belorado durante su visita a Vitoria. En unas declaraciones difundidas por el obispado alavés durante estos días, Azua asegura que vive el cisma «con enorme sorpresa y tristeza» y se refiere a él como «parte de la fragilidad humana y del 'misterio del mal'». El representante de la iglesia pide, además, que la gente rece «para que las que fueron monjas clarisas de Belorado [sic] vuelvan a su sentido lo antes posible y para que retornen a la comunión eclesial». La última vez que un cargo eclesial de este rango estuvo en Vitoria fue cuando Elizalde se convirtió en obispo de la ciudad, hace ocho años.
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