Talco y Soziedad Alkoholika, una descarga eléctrica en dos actos

Ramón Albertus

Martes, 9 de agosto 2022, 13:25 | Actualizado 13:37h.

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En los conciertos de Talco el tiempo es relativo. La percepción varía entre quienes sintieron haber entrado en bucle con unas canciones llenas de coros similares y a quienes se le pasó volando la hora y media de actuación de los italianos, una de las bandas de ska más importantes de Europa. «Somos muy felices porque es el primer día en dos semanas que dormimos. Venimos de Suiza y aquí seguimos, hablando de fútbol como siempre», dijo el cantante y guitarrista Dema en la noche del lunes antes de pedir al público palmas como si fuera un grupo de animación futbolero para acompañar 'St. Pauli'.

La canción dedicada al club alemán, conocido por abanderar diferentes causas sociales y un marcado carácter de izquierdas, desató la locura del público a partir de las doce de la noche. Sobre todo entre el más joven, concentrado en la parte más cercana al escenario que se pasó la actuación bailando pogo, saltando y empujándose con el codo. También volaron vasos. Habían pasado quince minutos. Y era solo una de las tantas canciones del repertorio más enérgico y espídico que se ha visto en las fiestas de Vitoria.

Frente al resto de actuaciones en la plaza de Los Fueros en las que el público tomó asiento en las gradas, la actuación de la banda italiana puso de pie a muchos seguidores. A Dema le acompañan sobre el escenario Ketto (bajo), Nick (batería), Jesus (guitarra), Rizia (trompeta) y Tuscia (saxo tenor), una formación que se conoce bien de tanta gira interminable. Esa sensación de euforia del cancionero futbolero había tenido antes de 'St. Pauli' otro reflejo, con 'La mano de Dios', una canción que se inicia con una transmisión del gol de Maradona a Inglaterra y repite en el estribillo 'Marado, Marado'. 'Il tempo', 'L'odore della morte', '60 anni' o 'Bomaye' fueron el arranque de un concierto . «Muy potente, no vivía algo así desde antes de la pandemia», comentaba uno de los seguidores del grupo vestido precisamente con la camiseta de rayas negras y blancas del equipo St. Pauli.

Fútbol, canciones contestatarias, panfletarias y una fórmula en la que los vientos encajan a la perfección sumándose a la épica. A la media hora el público entonó 'Bella ciao' siguiendo la melodía de la trompeta. En realidad, los italianos han sido uno de los grupos que popularizaron ese tema a nivel internacional de la resistencia partisana antes de que apareciera en la serie 'La casa de papel'. Con 'Radio aut' rindieron homenaje al activista Peppino Impastato, asesinado en 1978 por la mafia italiana por denunciar su actividad criminal. Y la banda veneciana cerró por todo lo alto con 'Tortuga', con el público abriendo, dejando un hueco en medio de la plaza antes de volver a saltar y darse codazos, y 'La torre'.

La descarga eléctrica del lunes continuaba tan solo cinco minutos después del concierto de Talco con Soziedad Alkoholika, que arrancó su directo a la una y media en txosnas. Ningún concierto se ha escuchado tanto y tan bien como el de la banda alavesa, uno de los símbolos del rock pesado vasco. Su tirón es indiscutible y a pesar de la lluvia fue el concierto más multitudinario en el campus. Contundente, el grupo replicó su actuación en el festival Azkena del pasado junio cuando las crónicas señalaron que habían dado uno de los mejores bolos «aplastantes y doctrinarios, espectaculares y brutales». 'Política del miedo', 'Tiempos Oscuros', 'Palomas y buitres', 'Piedra contra tijera' y 'Motxalo', fueron, en ese orden, las más celebradas. Fuego y columnas de humo reforzaban el ya de por sí aplastante directo en el que empezó a jarrear al cuarto de hora. «Ha sido un concierto pasado por agua, con el repertorio habitual, pero los fans nos hemos quedado muy satisfechos», contaba la joven Aratz Torre, que hizo ese particular viaje del ska de los italianos al hardcore alavés.