
No suena impostado ni suelta soflamas, sino que esa voz rasposa es la de un tipo de lo más normal al que le ha ido bien componiendo canciones que han logrado conectar con el público. Raúl Gutiérrez (Reinosa, 1979), conocido como Rulo, viene de actuar el pasado martes en casa, en la campa de la Magdalena en Santander, y este sábado se sube al escenario de la plaza de Los Fueros en el marco de una extensa gira que hace imposible encontrarle más de siete noches en un mismo destino, como él mismo canta. A sus compromisos con la Contrabanda se le suma un proyecto literario: la publicación de su primera novela en abril del 2023, año en el que no saldrá de gira. Volverá a la carretera ya al próximo año con un quinto disco en solitario bajo el brazo. Celebra nada menos que 25 años de carrera con un repaso de temas de los últimos años y de La Fuga, grupo del que se separó en 2009. 'P'aquí p'allá', 'No solo respirar' o 'Noviembre' son algunos de esos temas que sonarán a partir de las doce de la noche.
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– Viene de tocar en casa, ¿tiene aún resaca emocional?
– La verdad es que tocar en casa me pone especialmente nervioso y a nivel emocional me remueve mucho las tripas. El otro día decía en broma que hay que hacer las giras sin tocar en casa porque va a verte toda la familia y recibes el choque de 12 o 14 mil personas que van a verte. Ahora volvemos un poco a la normalidad y lo prefiero para no seguir con la sugestión de que todos los colegas te escriban y digan que va a ser la hostia. Siempre tienes buenos amigos en todas las ciudades, pero es mayor la resaca emocional.
– ¿Lleva la cuenta de las veces que ha tocado en cada ciudad?
– La cuenta no, pero tengo mucha memoria. No sé si será la décima o veinte, pero Vitoria siempre se nos ha dado muy bien cada vez que hemos ido.
– «25 años de peleas con los estribillos», canta. ¿Sigue teniendo miedo al folio en blanco?
– Sigue. Siempre digo que mi búsqueda es la canción, más que músico o cantante me considero compositor y mi pelea es conmigo mismo y con el folio en blanco. Por eso cuando estás en sequía te conviertes en un ser insoportable e irascible.
– Decía Robe Iniesta en una entrevista reciente que las canciones le salían sin depender de su estado de ánimo.
– Nunca escribo queriendo, acudo a la guitarra o piano y ocurren cosas. Puede salir algo que te ha removido las tripas hace dos años y acaba siendo canción o una reflexión o metáfora, pero no tiene que ser en el momento. Me pasa igual que a Robe en este sentido. En el último disco, por ejemplo, en la canción 'Mal de altura' hablo de turbulencias, de sentirte mal y fue porque a mi mamá le detectaron un cáncer. El tema salió cuando se curó y hablé desde el presente, de algo que había sucedido. Es verdad que estar jodido o muy contento, los extremos, es caldo de cultivo para canciones. Pero cuando estoy muy jodido estoy sacando la cabeza de la superficie, bloqueado y ni la guitarra me salva.
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– 'Primavera del 87', 'Verano del 95'... Hay mucho de mirar atrás y de nostalgia en sus canciones.
– Creo que la melancolía va con la marca de casa y marca muchísimo el norte. Me he criado en Reinosa, a 900 metros de altura y la lluvia presente muchos meses del año y eso se tiene que notar. Nunca me he considerado triste. Es más la melancolía norteña. Grabar un disco en Reinosa era el gran sueño que teníamos, luego ha sido el motor y hemos conseguido mucho más de lo que soñaba. La melancolía siempre estaba ahí, pero nunca tristeza. Mi filosofía es se viene lo mejor,
– 'Negociando gasolina' es uno de los discos más recordados de La Fuga. ¿Cómo lleva el precio, la inflación...?
– Con todos los vehículos que llevamos en gira es complicado y hay tantas bandas en gira que a veces no puedes llevar la pantalla de vídeo. Es 'heavy', incluso hay festivales que no se llevan a cabo porque no hay hierro para el escenario y hay una saturación de bandas. Por eso quiero desaparecer el año que viene, está costando más sacar todo adelante, incluso a nivel de personal. A nivel de vehículos es mejor no mirar los tickets de gasolina (risas). Pero son problemas de primer mundo, no me gusta quejarme.
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– Del rock español se identifica una triada de voces roncas con Marea, Extremoduro y La Fuga. Solo queda Marea. ¿Tan difícil es mantener una banda?
– A todas las bandas les alcanza el reloj y el tiempo. Marea, que son amigos, giran menos y lo hacen muy bien porque hay menos roces. Pero una banda sometida a mucha gira es complicada de llevar porque cada uno avanza de una manera personal y el desgaste de tomar tantas decisiones a la vez es agotador. Cuando te separas es como un primer divorcio y lleva tiempo encajarlo, pero es ley de vida.
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