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'Espectacular'. El título de la canción con la que se abrió el concierto de Fangoria, el grupo de Alaska y su colega Nacho Canut, se convirtió también en el adjetivo que emplearon algunos de los asistentes que acudieron a la plaza de ... Los Fueros en la medianoche del martes 6 de agosto. La ostentosa puesta en escena, los coloridos audiovisuales, sus cambios de vestuario o los éxitos del grupo con Dinarama mantuvieron un espectáculo medido y efectivo, incluso bajo el chaparrón.
No hay condiciones meteorológicas que paren a la reina de la movida. Salió la última al escenario custodiada por dos bailarines, que sirvieron de excusa a parte del público para intentar emular la coreografía con un resultado entre gracioso y vergonzoso. La premisa es que a los conciertos de Fangoria se va con la intención de bailar. Lo que ocurrió fue que también las gradas de Fueros volvieron a llenarse de gente sentada. Y de nuevo, el cartel en la plaza ha sido un acierto vista la gran afluencia de público en los primeros tres días de fiestas de La Blanca.
«Gabon Vitoria. Estamos muy agradecidos que nos hayáis invitado a compartir vuestras fiestas», dijo la cantante tras el arranque. Todo el 'show' parecía una reivindicación de sí misma. Más allá de ese tic tan recurrente de Alaska de recogerse el pelo, la elección del repertorio incluyó temas de 'Canciones para robots románticos' -el último álbum con composiciones propias- es un ejercicio de hacer ver que su fábrica de éxitos para la pista de baile no ha cerrado.
Entre ellas se encontraba 'Geometría polisentimental' y 'Disco Sally'. Con 'Absolutamente' menea tanto la cabeza que se tapa el rostro con su pelo.
Como si el tiempo no hubiera pasado. Cuando se creó Fangoria, en 1989, una parte del público no había nacido. Curiosamente, esa generación posterior fue la que más se animó a la media hora de concierto, cuando comenzó a llover, mientras que la estampida se produjo entre los fans de antaño.
Las primeras gotas empezaron a caer justo antes de comenzar la segunda parte del concierto y el primer cambio de vestuario. A la media hora. Pasó del vestido negro de brillos al rojo, de brillos también. Tras ello, entonó 'Iluminados', rodeada de cuatro bailarines conjuntados. Y la cantante avisó de que la fiesta continuaba. «Como parece que el cuerpo aguanta con la lluvia y vosotros estáis ahí, vamos a seguir mientras se pueda».
Seguidamente se produjo uno de esas coincidencias (o no) con la que se ganan la complicidad de los espectadores. Fue con su versión de 'Estoy llorando por ti' que dice «Siento la lluvia que me cae muy fría / Y viviré una vida triste y sencilla». Esa canción compuesta por Ku Minerva, con la virtud de bailarse con la letra más triste del 'dance' noventero, dio paso a otra revisión (pastillera) de Javier Corcobado , 'Coches de choque', que se acompañó de unas proyecciones de dibujos animados en forma de emoticono-pastilla sonríente.
Ese fue el momento más surrealista. Todavía quedaba el momento más animado con 'Ni tú ni nadie' y 'A quién le importa', ambas enlazadas. En ellas, los paraguas del público se movieron ya como si formaran parte de una coreografía bien ensayada. La vigencia de Fangoria se reflejó en las conversaciones que tuvieron lugar tras acabar su directo. «Papá, te has perdido lo mejor», decía una joven. La respuesta fue «qué va, estaba yo también bailando».
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