La Blanca

Una boda en el paseíllo de las fiestas de Vitoria

Maitane Gutiérrez y Javier Gutiérrez nunca olvidarán el paseíllo del 7 de agosto. Lo que debía ser aparentemente un animado desfile más de blusas y neskas terminó en toda una sorpresa. Especial. Única. Sus cuadrillas (él de Gautarrak y ella de Txolintxo) les brindaron seguramente el regalo de bodas más bonito: un reconocimiento y una celebración a partes iguales por este futuro convite con sus amigos y toda una ciudad como testigo. Un nuevo 'sí, quiero' con sabor a La Blanca.

«Fue toda una sorpresa. No nos lo esperábamos para nada», confesiesan los novios en una entrevista con EL CORREO. Aún con la emoción de lo vivido en el cuerpo, la pareja narra el momento. Acababan de descorchar el paseíllo. La calle Dato daba una calurosa bienvenida a una comitiva que no esperó para desenvolver este regalo. «Nos dijeron que nos querían sacar una foto». Ellos dos solos. A priori, nada extraño. El álbum de las fiestas es interminable. Pero esta instantánea era especial, iba a quedar para la posteridad.

«Nos entregaron unas cartulinas -«me caso, soy casi perfecta» y «colorín colorado, ser soltero se ha acabado»- y nos pusieron un velo de novia y una txapela». Pronto las caras de asombro dibujaron una sonrisa, conscientes de lo que tramaban sus colegas. Pero por si aún había dudas, entre la multitud se empezaron a escuchar gritos de «vivan los novios» y la lluvia de confeti lo vistió todo.

«Fue divertido. Somos los primeros que se casan de la cuadrilla y se ve que tienen ganas», bromea la pareja, quien correspondió a la altura. Javier cogió a Maitane en brazos y ambos se fundieron en un sentido beso.

Un día redondo

La verdad es que todo salió a pedir de boca. Porque el paseíllo del miércoles estuvo encabezado por el Celedón txiki (Joritz Esperanza) y a Edurne (Alazne Rubio). Y este año, estos dos protagonistas de las fiestas son precisamente de las cuadrillas Gautarrak y Txolintxo, por lo que ambos grupos tuvieron el honor de desfilar juntos. Una casualidad que a la postre puso la mejor guinda a la sorpresa. «Estamos eternamente agradecidos. Son los mejores».

Hace justo un año -de ahí que los amigos escogiesen también este día- que esta pareja decidió dar este transcendental paso. Una nueva etapa en sus vidas que afrontan llenos de ilusión. «La boda será en marzo, lo tenemos todo prácticamente cerrado. No será un evento por todo lo alto, preferimos algo más íntimo», avanzan, tras diez años de dulce noviazgo. Sus cuadrillas ya descuentan las fechas para celebrar con ellos este especial momento.

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