Con el aldeano de Zalduondo ya de vuelta en San Miguel concluyen unas fiestas de La Blanca más. En esta ocasión, blusas y neskas hacen un balance positivo en el que ha sido «todo casi perfecto», a juicio del presidente de la Comisión, Sergio González. ... El 'pero' está en las agresiones sexuales conocidas en los últimos días y ante las que el colectivo de las cuadrillas ha reaccionado rápido, como recuerda González, con distintas manifestaciones de repulsa tanto en los paseíllos como en las concentraciones de ayer. «Es el borrón. A ver cuándo acabamos con esta lacra». Con todo, blusas y neskas terminan esta semana de La Blanca satisfechos con un «ambiente positivo. En Vitoria es así. La gente está en la calle, ha habido mucha animación. Todo muy bien, salvo las agresiones».
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A juicio del representante de la Comisión de Blusas y Neskas, el debut de Iñaki Kerejazu ha dejado unas sensaciones «muy positivas» tanto dentro de su colectivo como en el resto de la ciudad, según lo que él percibe. González coincide con la apreciación, medio en broma medio en serio, de que el vitoriano de Adurza sacó al personaje que siempre ha llevado dentro. Al hilo de ello, en corrillos de la ciudad circulan conversaciones en cuanto a que el periodo de cinco años de Kerejazu en la piel de Celedón tal vez se quede corto, incluso dentro de las propias cuadrillas.
En este punto, los estatutos de la Comisión que sirvieron para el nombramiento de Iñaki Kerejazu son rotundos: el cargo se ocupa un lustro y punto. Sólo se contempla que se reduzca ese periodo, no una extensión. Sin embargo, el presidente de la Comisión no se cierra al debate. «No es algo que esté sobre la mesa, no lo hemos tratado. Es un tema que habría que afrontar en tres o cuatro años, cuando vaya llegando el momento de elegir a otra persona. Pero no hay que ser inflexibles. Si se plantea, se abrirá el tema», declaraba ayer en conversación con EL CORREO. Además, sobre Kerejazu, González sólo tiene buenas palabras. «Justo acabo de estar con él. Ha sido un acierto; lo ha hecho muy bien», expresó.
También en la Federación son conscientes de este debate y aunque Irati Bóveda, una de sus representantes, recalca que no depende de ellos la elección de Celedón, no descarta que entre sus siete cuadrillas se consensúe una postura sobre el protagonista de las fiestas. Kerejazu es un «gran» embajador de La Blanca y ha hecho «muy bien» su trabajo. Pero la Federación ahí simplementa «acata» las decisiones que se tomen en torno al aldeano de Zalduondo.
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Otra de las reflexiones que dejan las fiestas en el colectivo de neskas y blusas es el número de ellos. Una cifra que no deja de crecer. En 2023, unas 7.000 personas desfilaron en los paseíllos. Este año, han sido 7.500 y podrían ser más. «Hay un 'boom', mucha gente quiere entrar en las cuadrillas y se queda fuera. Y eso que este año las peticiones no han subido tanto». En la balanza positiva se valora que la fiesta está viva y los jóvenes quieren participar en ella en mayor medida, una extraordinaria noticia. En el lado contrario se halla la propia masificación, que provoca problemas para ubicar a tanta gente en los paseíllos, como apunta González. La previsión con la que trabajan desde la Comisión, no obstante, es que «en unos años la cifra no crezca, sino que se mantenga».
En cuanto a la cantidad de blusas, Irati Bóveda, que también es vicepresidenta de Jatorra, considera que «sí se está llegando a un tope» de personas y se pregunta cómo se conseguirá meter a una legión de 7.500 en el recorrido sin que, como este año, todos los paseíllos hayan sido entre semana. «Cuando coincidan en fin de semana, con mucha más gente de espectadores y en las cuadrillas, hacer los paseíllos bien va a ser muy complicado». Como contrapartida, sí que ha visto «bueno» el sábado de 'prefiestas' que se ha vivido este año, con actividades ya programadas incluso 24 horas antes de la bajada de Celedón.
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Y con todo lo anterior queda otra vez en el aire el 'debe' pendiente del año pasado. Entonces, con un número menor que en este 2024, neskas y blusas ya coincidían en que habría que «aligerar» los paseíllos para no hacerlos eternos. Sólo hay un pequeño problema: «Que a la gente les gustan mucho, tanto asistir como verlos como espectador», dice González». Ordenar a las cuadrillas de acuerdo a sus gustos también es «un reto» cada vez mayor. «No se puede llegar a todo», argumenta el presidente de la Comisión.
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