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Las futbolistas del Nanclares cadete posan en la sesión de fotos realizada por ELCORREO. Igor Martín
Campeonas en juego limpio
Kirolean Errespetuz

Campeonas en juego limpio

El equipo femenino del Nanclares fue el líder en el curso 2023-24 del ranking de Deportivity que monitoriza las buenas prácticas en el fútbol cadete

Domingo, 3 de noviembre 2024

En el curso 2022-23, la Federación Alavesa de Fútbol, la Fundación Vital, la Diputación Foral de Álava y Kirol Eskola (Gobierno vasco) apoyaron la puesta en marcha del programa Deportivity que se desarrolla en todas las competiciones de categoría cadete, tanto masculinas como femeninas. Una iniciativa para «el fomento de la deportividad y la prevención de la violencia en los campos de fútbol de una forma integral». Un proyecto que buscaba formar y sensibilizar a todos los agentes involucrados en los partidos, desde cuerpos técnicos, deportistas, aficionados, padres, madres y al colectivo arbitral, para evitar e intervenir en los conflictos que se pudieran generar en el césped y fuera de él.

Después de cada partido, tanto los árbitros como los cuerpos técnicos deben hacer una valoración de la deportividad del choque a través de Deportivity para favorecer el 'feedback' entre todas las partes implicadas. Entresijos de un programa pionero y 100% alavés –está basado en la tesis doctoral de Alfredo Sáenz Ibáñez 'Deportividad y violencia en el fútbol base' y desarrollado por la empresa Veiss Comunicación– que ha sido exportado a Gipuzkoa y que cada temporada tiene un ganador en cuanto a juego limpio se refiere. Y la pasada temporada, el equipo campeón fue el Nanclares femenino cadete.

Kirolean Errespetuz es una iniciativa que promueve EL CORREO con el patrocinio de la Diputación Foral de Álava cuyo objetivo es mentalizar a todos los actores del deporte alavés sobre la necesidad de poner en primera línea de foco el respeto entre deportistas, árbitros, entrenadores, público y padres. https://www.elcorreo.com/kirolean-errespetuz

«Nosotras lo que queríamos era jugar al fútbol y disfrutar lo máximo posible. No siempre se gana, hay altibajos, pero queríamos estar todas juntas, no hacer 'grupitos' para venir felices a entrenar. Siempre nos tenemos que apoyar más allá de que tengamos un mal partido. Recibir un 'tú puedes' es lo mejor para el grupo. Nos importa más jugar que ganar», confiesa la capitana, Naroa Martínez. El equipo de la localidad de 2.500 habitantes de la Cuadrilla de Añana fue el conjunto más deportivo la campaña pasada de los 70 que se monitorizaron a través de Deportivity a lo largo de 11 competiciones y 968 partidos. La participación en el programa fue muy elevada tanto en los cuerpos técnicos (94%) como en el colectivo arbitral (93%), al recogerse más de 2.700 valoraciones y llegando a tener un impacto estimado en unas 2.250 personas entre todos los actores implicados.

Números notables que, según Deportivity, «demuestran la implicación y el compromiso de todo el fútbol alavés con el juego limpio». Y entre todos ellos, el Nanclares se llevó el premio. «Lo principal es que las jugadoras vengan y se diviertan. Desde el club trabajamos para que se respeten entre ellas y también lo hagan con el rival. Cuando hay una falta que se paren y vean cómo está su compañera, independientemente de cómo vaya el partido, es muy positivo», explica Lauren Torvisco. El coordinador deportivo del Nanclares y también entrenador del preferente masculino detalla cómo se gestó este grupo: «La mayoría de las jugadoras se conocen y son del pueblo. Este equipo lleva poco tiempo, son chicas que muchas de ellas no habían jugado al fútbol, y han formado un gran bloque que está disfrutando y compitiendo cada vez mejor. Es una pequeña familia».

Más allá del césped

La unión es clave también para José Manuel Babón, técnico la pasada temporada del cadete y ahora al frente del regional femenino: «La buena actitud, que se apoyen, que se animen y que no haya ningún gesto despectivo es fundamental. Cuando terminan de entrenar van a casa, al colegio, y todo lo que puedan aprender aquí, lo que les podamos ayudar, se va a reflejar en su día a día».

Unas buenas prácticas que el Nanclares lleva tiempo fomentando de forma activa. «Nosotros hace unos años metimos en el club a un 'coach' deportivo que, dependiendo con las edades, trabaja en sesiones con ellos. Esa herramienta nos ha ayudado. Y también hay que valorar a los padres. Nos ha tocado un grupo genial, que las ha apoyado en todo», destaca Lauren. Y es que el papel de los progenitores resulta básico para fomentar el buen ambiente. «Tienen que ver y valorar que las que se están divirtiendo y disfrutando son sus hijas. Si las animan, aplauden y, cuando acaba el partido, no las presionan y simplemente las apoyan y les dan un abrazo, es algo que ellas valoran muchísimo», afirma Babón.

«El problema es cuando los padres están en la grada y se equivocan, se meten con el contrario... Eso repercute en ellas. Incluso las jugadoras pueden recriminárselo. Al final, el deporte es para disfrutar. Y ver a las futbolistas jugando, riéndose y abrazándose, sintiéndose seguras y felices de lo que hacen, es el mayor triunfo que podemos tener todos», añade el técnico del Nanclares. Puro 'fair play'.

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