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Un pueblito de pescadores reconvertido en destino gastronómico marinero. No parece una estampa muy original, ¿verdad? Sin embargo lo del Puerto de Zierbena adquiere tintes de fenómeno sociológico. De hecho, es el municipio de Bizkaia con más negocios de hostelería por habitante, no lo digo yo, lo dice el Eustat. Podría pensarse que semejante concentración de establecimientos contribuye a «hacer zona» y genera un mayor poder de atracción turística. Pero también es cierto que ante una competencia tan feroz puede ser más difícil abrirse camino.
Que se lo digan a Eloy Tajada y Asun Soto, que hace 35 años decidieron montar allí una tabernita sin pretensiones especializada, como no podía ser de otra manera, en pescados y mariscos. Eloy había sido mariscador y al principio servían lo que él mismo pescaba. Pero la gente pasaba de largo en busca de mesas con más renombre. «Fueron años difíciles, así que nos íbamos toda la familia a coger algas a Ea, un trabajo durísimo que te deja el cuerpo destrozado», cuenta Asun. Hasta que un pariente de morro fino empezó a llenarles el comedor de clientes.
«Mi tío Juan Ramón, que trabajaba en El Corte Inglés, nos trajo Bilbao hasta Zierbena», rememora Asun agradecida. Muchos entraban por la puerta cargados de escepticismo –«¿pero a qué tasca nos has traído?»– pero salían de allí con el estómago satisfecho y una sonrisa de felicidad. Pronto los percebes, las nécoras, los bogavantes o los rodaballos de Eloy comenzaron a ser célebres en toda la comarca, abarrotando la media docena de mesas que antes pasaban semanas vacías.
Con el tiempo reformaron el local, dándole protagonismo a la sala, diminuta pero acogedora, forrándola de imágenes del antiguo puerto pesquero. Hoy, al borde de los 60, Eloy y Asun pueden presumir de ser una de las referencias mejor valoradas en una localidad sobrada de oferta, pero es poco probable que lo hagan, no es su estilo. Humildes y trabajadores, han conseguido forjar una clientela fidelísima, que no quiere ni oír hablar de una jubilación que llegará más pronto que tarde.
Mientras tanto, acomódense en torno a la mesa y disfruten. Pregunten sin miedo al dictar la comanda, Asun recomienda sin doblez en función de lo que el mar haya tenido a bien otorgarles. Eloy, «más planchista que cocinero», se limita a no estropearlo con un leve garbeo por la plancha y abundante ajo doradito. Esa combinación de frescura y delicadeza en el trato –y no hablamos solo de las viandas– es lo que hace que esta modesta taberna haya conseguido despuntar en el pueblo con más restaurantes per cápita de todo Bizkaia.
Tenían veintipocos cuando decidieron hacerse con la taberna en el Puerto de Zierbena que hoy lleva su nombre. «Entonces no sabíamos hacer nada, nos ayudaba la madre, hoy nosotros dos lo hacemos todo», cuentan Eloy y Asun. Han pasado 35 años desde entonces y ya acarician la idea de retirarse. Su prole sabe lo sacrificado que es el oficio y ha buscado otras formas de ganarse la vida. Cuando ese momento llegue, echarán de menos a «los clientes que se han convertido en amigos», pero toca disfrutar de una vida que «si no se nos pasa trabajando».
Dirección: Barrio del Puerto, 17. Zierbena
Teléfono: 946365313.
Carta: 60 - 80 €
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