Sándwiches y hamburguesas de chuletas picadas en su propia cocina

Las hamburguesas del Nere Kabia, de hecho, se elaboran «con carne procedente del ganado local, que deshuesamos y picamos en nuestra cocina», aclara Álvaro González, que hace más de un año se ha aliado con su novia, Karla Ruiz, para renovar la antigua bocatería gernikarra. «Mi aita la abrió hace más de dos décadas, pero nosotros le hemos dado otro aire, más moderno y con recetas más cuidadas y adaptadas a los nuevos gustos de los clientes», explica esta pareja, que se conoció entre fogones, «dando clases en la escuela de cocina de Leioa», detallan.

El local guarda recuerdos de su anterior etapa que no podían faltar como un tren de juguete que hace las delicias de los clientes cada vez que echa a andar sobre sus cabezas. «Es una de las señas del negocio que lo instaló mi padre y que decidimos mantener», cuenta González. La atención, sin embargo, se desvía inmediatamente a las mesas en cuanto se sirven hamburguesas como la que han bautizado con el nombre de 'Nere Kabia' y que lleva «mayonesa, lechuga, tomate, cebolla pochada, jamón york, bacón, queso y huevo frito», enumeran en el bar. «Una bomba», resumen sus creadores.

No obstante, la carta provoca con entre cinco y siete variedades más de este plato estrella entre las que destacan «la de boletus y la gringa, que lleva chipotle, un chile ahumado picante».

La experiencia culinaria se completa con los postres y tartas, que esta vez son obra de Karla. «La de queso fundido al horno se lleva la palma».