Reabre sus puertas el emblemático Lola de Berantevilla

Y lo hizo con la cuarta generación de los Peral, con Adrián, nieto de la famosa Lola. Ambos se pusieron manos a la obra, nunca mejor dicho, para emprender una reforma que ha sido alabada por quienes han visitado sus salones y jardines desde junio. Rodeados de un equipo de jóvenes emprendedores y muy capaces, como ellos, han logrado situar el restaurante entre los más solicitados a la hora de celebrar comidas y cenas de grupos y eventos. Hay que señalar que Lola hay dos: el de la carretera, donde se come a la carta y que ahora está cerrado por reformas, y el que se sitúa a 30 metros de éste, del que hablamos, que también cuenta con cafetería y discoteca.

El pasado 8 de octubre celebraron su inauguración oficial, con un exclusivo cóctel que compartieron unas ochenta personas y en el que cocinaron reputados chefs y amigos como Rafael Veitia (Batzarre), Koldo Kortabitarte (Kobika), Aaron Ortiz (Kabo), Mitxel Suárez, (Borda Berri y reciente ganador del concurso de pintxos de Euskal Herria), Mario Luque (El Gallinero y Armenia), Juan María Díaz (Casa de Marinos), Mikel Fiestras (La Regadera) y Jon Gil (Bideko), además de Hernani y su mano derecha en los fogones, Juan García.

El cambio ha sido radical, tanto en lo físico y decorativo como en la cocina, trasladando la juventud del equipo al ambiente gastronómico que se vive en el Lola. Al buen producto, en su mayoría del entorno local, se añaden los toques vanguardistas que forman parte de la idiosincrasia de su cocinero jefe. «Nos gusta mimar nuestras elaboraciones y para ello cocinamos con ingredientes de calidad. Desde el alimento más básico, como el pan, a los platos de cuchara o la fusión de platos de diversas culturas, las carnes y pescados… hasta el último detalle. Todos nuestros platos son cuidados y seleccionados con mucho cariño y esmero».

A día de hoy, ofrecen dos menús de grupos en los que se pueden encontrar entrantes como carpaccio de presa ibérica con tomate, piñones y brotes tiernos; guiso de txangurro y callos de bacalao; ensalada templada de langostinos con emulsión de sus cabezas, Idiazabal, tomate y avellana; ravioli de perdiz con escabeche, pera y aire de parmesano; o espuma de patata con huevo a 63º, setas de temporada y papada ibérica. Entre los pescados, puede haber lomo de merluza con vichisoisse de mejillón, algas y aceite verde; o bacalao a baja temperatura con guiso de hongos. Entre las carnes, por ejemplo, solomillo al oporto o con foie.

De todos modos, estos menús son cambiantes, para grupos a partir de ocho personas, y se amoldan al gusto del comensal, tanto en el precio como en el contenido del mismo. Y para las próximas fechas festivas ya están discurriendo cómo contentar a las familias, amigos y empresas que quieran celebrar con ellos. Peral adelanta que el próximo 12 de noviembre habrá otro evento con la participación de diferentes cocineros como el del día 8, algo que van a repetir todos los meses.