

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
guillermo elejabeitia
Sábado, 2 de octubre 2021, 01:49
Parece mentira que en plena calle Buenos Aires, a un paso del corazón financiero de Bilbao, sobreviva este humildísimo negocio donde el tiempo parece haberse detenido hace décadas. Se llama Don Paco y es un bar-restaurante que ofrece a currelas y visitantes ocasionales el que es uno de los menús del día más baratos de la villa. Diez euros y medio aprovechados al máximo que demuestran que se puede comer barato sin necesidad de caer en franquicias de comida rápida.
Dirección Buenos Aires, 7
Teléfono 944355713
Menú del día 10,50 €
De hecho, por lo que cuesta una hamburguesa con aspiraciones gurmé el Don Paco ofrece un primero de cuchara, un segundo con fundamento y un postre casero, todo ello regado con una botella de vino más que aceptable. ¿Cómo cuadran las cuentas? 'Quilosá', pero imagino que ayuda el hecho de que quienes se ponen el delantal sean todos familia y el modelo de negocio se base en algo tan sencillo como comprar fresco y vender rápido.
Detrás de la barra están Paco Río García, su mujer Marian Morales y su hijo David. Se hicieron con el bar hace 14 años y ya entonces se llamaba Don Paco, «vaya usted a saber por qué, pues el anterior dueño se llamaba Demetrio». Paco nació en Barakaldo de padres malagueños y ha trabajado toda su vida en hostelería. Alguno le recordará del Bodegón 1, en la calle del Dólar de Santurtzi. Para su desembarco en el centro de Bilbao adoptó la forma de una hostelería obrera de la que cada vez quedan menos ejemplares.
Ubicado en una calle céntrica y llena de servicios, el Don Paco es parada amable para el que viene a Bilbao a «hacer recados». Como las dos señoras getxotarras que comen en la mesa de al lado y que nos cuentan su vida entre bocado y bocado. En este comedor diminuto, elogio del gotelé, la mayoría de comensales se conoce por su nombre. «Casi siempre son los mismos, llegan a la misma hora y ya sabes casi lo que van a pedir».
Acuden al Don Paco en busca de una comida casera de la que ya no se hace en casa. ¿Quién tiene tiempo para preparar entre semana un buen marmitako, un potaje de legumbres o una merluza en salsa verde? El menú cambia cada día con cuatro primeros y cuatro segundos, todos con el mismo fuste, pero conforme va avanzando el servicio van desapareciendo opciones. «Cuando hay paella de marisco no dura un suspiro y hoy hace rato que se nos ha acabado la merluza», se excusa Paco.
Nada que objetar. Eso asegura que no quedan restos en la cámara al final de la jornada y que mañana a primera hora todo el menú volverá a ser fresquísimo. Probamos una sustanciosas habitas con jamón, le damos un tiento al marmitako del vecino y nos manchamos los dedos untando media barra de pan en unos huevos fritos. De postre, natillas con galleta María y una sonrisa de satisfacción que durará toda la tarde.
Como la que lucen sus clientes más fieles cada vez que se sientan en la mesa del Don Paco. Gracias, Daniel, por guiarnos hasta allí.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los libros vuelven a la Biblioteca Municipal de Santander
El Diario Montañés
La juzgan por lucrarse de otra marca y vender cocinas de peor calidad
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.