El restaurante de Bilbao donde lo mismo te pides unas exquisitas zamburiñas que un estofado o uno de los mejores cafés

Txema Soria

Lunes, 12 de agosto 2024, 07:39 | Actualizado 09:05h.

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Carlos González Cámara, nieto de Carlos Cámara, uno de los hosteleros que han marcado el paso en la hostelería bilbaína, comenzó en 2012 a trabajar en el restaurante Abando (fundado en 1983), para tres años más tarde hacerse cargo del local. Lo cambió por completo y lo convirtió en uno de los establecimientos de moda de la villa. Carlos estudió Económicas en la Facultad de Sarriko y siempre tuvo claro que iba a dedicarse a la hostelería. Es un joven inquieto, no para ni un solo momento, atento a todo lo que sucede a su alrededor; por las mañanas se dedica a la gestión del negocio en la oficina y a mediodía lo mismo atiende las mesas del comedor que ayuda en la barra.

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El restaurante Abando dispone de varias mesas altas al lado de la barra y un comedor para 30 comensales; aquí comparten espacio señoras y señores tomando un café con una tarta de queso, clientes tomando un vino y una gilda mientras charlan de negocios y jóvenes que disfrutan de un gin-tonic en su tiempo libre. Abren a las siete de la mañana para que sus clientes saboreen uno de los mejores cafés de la ciudad acompañado de una tortilla o unas tostas. Cuentan con una barra de pintxos estupenda. De ella se encarga Cati Bueso, tanto al mediodía y a la noche.

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Comer en el Abando es un acierto seguro. Conviene seguir las recomendaciones de Claudio Stefan y Yuvinca Clarise, responsables de la sala. Al frente de la cocina se encuentra Jazmín Thomson, que ha aprendido de Miren Martín Puente, jefa del local durante 34 años ya jubilada. En los fogones, junto a ella, trabajan Paola Morán y Kamal El Kahloui. Para comenzar ofrecen anchoas Yurrita en salazón y aceite de arbequina, que tienen un sabor intenso y delicado, o tomate de temporada con ventresca y aceite de manzanilla. También zamburiñas a la plancha, hechas con aceite y vino blanco, que se flambea con un soplete ante el cliente. Se acompañan con sal, ajo frito y limón.

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Se puede continuar con unas deliciosas almejas a la sartén tamaño XXL y chipirones de potera a la plancha con cebolla pochada acompañados con alioli y salsa brava. Uno de los platos más destacados es el bacalao al pilpil, que se trincha delante del comensal para sacarle las lascas, que se bañan en pilpil. Fuera de carta tienen productos de temporada: tomate, perretxikos, piparras o txipis de potera, y pescados, como rape, lubina, rodaballo o merluza, que ponen a la romana o con txipirones. Para los carnívoros, chuleta, estofado de rabo o callos y morros. Dejen hueco para el postre y tomen tarta de queso, que sacan caliente y sobre una base de galleta, tarta milhojas o tostadas flambeadas con helado de vainilla. Cuentan con una magnífica carta de vinos. Para acabar el condumio tomen un destornillador, no lo olvidarán.