El Regi te lleva su cocina a casa

Nace aquí y ahora una nueva modalidad de recensión gastronómica, con el reportero instalado en casa, encargando la comanda con el móvil, habilitando manteles, cubiertos y copas a la espera de que desembarque el pedido. Con Iraide Somarriba es fácil. «No puedo cocinar nada que no me guste a mí», subraya. Y se nota.

Soberbios los finos canelones de rabo de ternera con salsa de setas, donde destaca una farsa melosa a más no poder. Muy sabrosa y en su punto la paletilla de cochinillo ibérico de Joselito con ensalada fresca y patatas panadera. Probamos también una tartaleta fresca de anchoas y un rape negro («llevo comprándolo 30 años; sé que la base de un restaurante es la materia prima») en salsa de mariscos con vieiras y gambas que solo hubo que templar. Como cierre, un digestivo cremoso de queso fresco con frutas del bosque además de los petit fours (macarons, magdalenas txiki...) Presentación de lujo: al abrir la caja asoma el detalle de un buqué fresco con tajetes, romero y perfumadas hojas de menta. Se agradece. Pan Crosta de Roberto Fernández (Zalla), que es siempre otra garantía.

«Nuestra premisa es que el plato quede perfecto. Que si lo recibes en casa a la una y lo calientas para comerlo a las tres, esté en un punto casi idéntico al del Regi», señala la cocinera. Los menús se reparten en el entorno de Urduliz (25 k). Desde esta semana sirven también en Bilbao (consultar). «La idea es llevar el Regi a casa. Desde el 6 de mayo tenemos la homologación del departamento de Salud porque cumplimos al cien por cien la normativa para la venta de comida a domicilio», resume Iraide Somarriba.

Todo empezó con esos vecinos mayores o enfermos que no podían acudir al Regi o que se habían cansado de guisar en casa durante el encierro. Iraide armó para ellos un menú para llevar por 24 €. «Como están las cosas hemos decidido seguir trabajando y servir a domicilio. Platos seguros, que no fallen nunca. Todo lo cocinamos un punto menos y lo abatimos para que pueda viajar. Al cliente solo le queda calentar», apunta Somarriba. «Compramos y cocinamos al día, preparamos con tiempo y paciencia caldos y fondos... El deseo es darle una alegría a la gente», asegura la cocinera.

En estos tiempos, es de agradecer también el exhaustivo control sanitario que aplican en la casa y el empleo de bandejas reciclables de harina de arroz que se pueden meter al microondas. Regi anuncia lo que va a venir.