Las pizzas caseras, muy sabrosas y de masa fina de Lakua

Esta emprendedora vitoriana acaba de abrir otro, esta vez en el barrio de Lakua, detrás del centro de salud de Lakuabizkarra y a unos pasos de varios colegios y del gran Parque del Galeón Pirata. En el de la calle Sierra de Aralar ha acometido una reforma integral que comenzó de cero, que se ha alargado durante ocho meses y que ha finalizado recientemente. Se ha levantado una cocina a la vista con hornos y maquinaria propias.

Las pizzas de Ézaro son totalmente caseras, de masa fina y muy sabrosas. «Fui totalmente autodidacta. Comencé a hacer pizzas caseras en mi bar de Salburua, y hay que ver la diferencia entre las primeras que elaboré y estas últimas», , explica Sander. Fue el «prueba, error, prueba y mejora» lo que convirtió a las suyas en las más alabadas del barrio, un producto que ha 'exportado' a Lakua y que se ha convertido con el boca-oreja en un éxito. Las que más salen son la carbonara, con nata, bacon, champiñones y cebolla; la barbacoa, con salsa barbacoa, bacon y ternera; y la de cuatro quesos, con salsa de tomate, queso de cabra y otros tres más.

Pero Sander ha innovado con la marinera (con mozzarella, gambas al ajillo y rodaja de tomate natural) y la de salmón (salsa de tomate, mozzarella, gambas y salmón). Muy original la vegetal, con calabacín, jamón de york y cebolla caramelizada, y la Ézaro, con pimientos asados, ventresca y huevos. Además, se pueden añadir ingredientes extras, a un euro, a cada una de las diez especialidades, que también se venden por porciones.

Fuera de estas, el producto estrella son las patatas rancheras: «Son patatas naturales que cortamos y freímos nosotras, y a las que añadimos una salsa ranchera de nuestra elaboración, bacon crujiente y que, después, gratinamos con queso». Todos sus productos son naturales, y tanto la salsa de tomate como los quesos llegan de proveedores naturales de total confianza. También salen mucho los paninis, una base de bollo de pan a la que añade diversos ingredientes antes de hornearlas. Y, como en el Ézaro primitivo, hay tortillas de patata bajo encargo, una exquisitez que no ha dejado a un lado en su nuevo proyecto.