Mikel Bengoa, un asador de aire marinero y género de excepción en Meñaka

En abril del 2013, tras haber trabajado dos décadas entre camiones, cumplió su sueño de ser cocinero en su propio local y abrió junto a su mujer, Eloísa Fernández –una jefa de sala cálida y cercana– su Taberna. El local, un bonito edificio de piedra ubicado junto al frontón de Meñaka y decorado con mucho gusto, cuenta con un comedor para 35 personas y una terraza en el exterior y en la campa contigua que utilizan desde que llegó la pandemia y donde se respira paz y tranquilidad.

Mikel Bengoa exprime el recetario de toda la vida con una materia prima de primerísima calidad. Para comenzar, unas delicadas anchoas extra de Mutriku con aceite virgen extra de cornicabra, unas gambas rojas de Denia excepcionales en su punto y sabor o unas almejas finas gallegas de tamaño extra con una salsa verde en la que no puedes dejar de mojar pan. El micuit casero hecho con hígado desvenado de patos engordados de manera natural es todo un manjar.

No se pierdan bajo ningún concepto los hongos –los sirven todo el año– salteados con una yema de huevo de caserío que sacan cruda al plato y se emulsiona con el calor de los propios hongos. Un plato que han tenido siempre en la carta de la casa y que está realmente untuoso.

Los pescados (besugo, lubina, rodaballo o rape negro) son grandes, salvajes y para compartir, asados en el horno y servidos con su refrito y constituyen una de las señas de identidad del local. Por algo Mikel afirma que no hay nada como que el pescado vuelva limpio a la cocina. Los carnívoros optarán por el chuletón o el solomillo de ganado mayor con patatas y pimientos. Dejen un hueco para los postres caseros y no se pierdan la tarta de queso horneada o el delicado tiramisú. Cuentan con una bodega magnífica, con más de 300 referencias.