Un festín sobre la costa de Bizkaia

A los amantes de la buena mesa, les encantará conocer el restaurante Leagi, de Mendexa. Aunque algunos de ellos tendrán que cambiar el chip y dejarse llevar por la experiencia de visitar el entorno de un camping y disfrutar de la buena mesa en un paraje natural impagable con un comedor que tiene como telón de fondo la costa de Bizkaia.

Para saborear su variada oferta gastronómica, no resulta necesario estar alojado en sus instalaciones. Basta con tener ganas de disfrutar con todos los sentidos en cualquier momento del año; aunque ahora solo abre los fines de semana, en verano está abierto todos los días y resulta aconsejable reservar. Con una tentadora carta, que han ido mejorando a lo largo de sus más de tres décadas sirviendo a campistas y visitantes, se ha convertido en un referente del paladar en Lea Artibai a la hora de preparar pescados y carnes que pueden rematarse con un variado surtido de postres caseros.

Aunque sobre gustos no hay nada escrito, entre las sugerencias estrella destacan los chipirones rellenos de cebolla trufada. En la tentadora carta también se encuentran rape en piezas, ijada de bonito, lubina, bacalao, rodaballo y distintas especies según temporada, entre otros. En cuanto a las carnes, las opciones son variadas; desde chuleta y solomillo hasta cordero y cabrito. «También atendemos peticiones concretas», señalan.

Antes de elegir el segundo plato, el Leagi, que cuenta con capacidad para un centenar de comensales, ofrece la posibilidad de empezar bien la comida con los clásicos entrantes variados, entre los que brilla la ensalada del mismo nombre que el camping, para dejar paso después a los mariscos; changurro, langostinos, gambas, cigalas o pulpo que no fallan nunca. El ambiente marinero y rural se dan la mano y de postre, la tarta de queso es la que más tirón tiene, aunque tampoco son menos tentadores los helados variados, el flan y el coulant de chocolate.

En su cocina también cobran protagonismo los diversos platos combinados a precios que no superan los 20 euros cuando incluye chuleta. Tampoco podía faltar un comodín clásico como son los bocadillos de todos los sabores que están al alcance de los bolsillos a partir de seis euros, las raciones variadas, hamburguesas y el pollo asado preparados al estilo casero con todo esmero, como si fueran los platos más elaborados de la carta. Su rico menú de vistas en la terraza completa la experiencia con una larga sobremesa sin prisas tras una comida familiar o una quedada con amigos. De hecho, no son pocos los clientes que afirman que se trata de todo un descubrimiento «de mucho nivel».

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