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No hay porqué viajar a la costa para degustar un buen pescado. El restaurante Gaztelua de Durango ofrece, desde hace más de tres décadas, la oportunidad de disfrutar de los mejores manjares que esconde el mar Cantábrico. Su especialidad, la lubina salvaje, el rape, el ... rodaballo y la merluza, que llegan al local directamente desde Ondarroa. Para su elaboración combinan la plancha con el horno, creando una textura y un sabor cuidado y gustoso. Quien los ha probado, sabe de lo que hablamos.
«Trabajamos con buen producto. Pescado de Ondarroa, anchoas de Yurrita, ibéricos de Los Pedroches, verduras de un caserío de Lezama, carne de Gipuzkoa... Para nosotros, lo importante es ofrecer buen género, sin necesidad de adornar su sabor», explica Andoni Txurruka, natural de Amoroto y propietario de este local que abrió sus puertas en 1989.
Desde entonces, el restaurante Gaztelua se ha convertido en un imprescindible para los amantes del pescado. Y por qué no decirlo, también del marisco gracias a sus exquisitas almejas, gambas y el pulpo, cocido por ellos mismos. «También trabajamos por encargo. Si nos piden percebes, langosta o cigalas, los serviremos con mucho gusto. Y lo mismo ocurre si nos piden un puchero de alubias o un cordero, nos amoldamos», añade Txurruka.
Su carta, no muy extensa pero sabrosa, también esconde platos elaborados de carne de ternera y de vaca que están para chuparse los dedos. Además del clásico entrecot y de la chuleta, que cuentan también con una amplia demanda, el plato estrella entre las carnes es el estofado de rabo, un plato que Txurruka no puede eliminar de la carta ya que siempre recibe excelentes críticas por parte de los comensales.
Lo mismo ocurre con platos como el foie mi cuit o el revuelto de hongos, que varía dependiendo de la temporada de setas, así como la sopa de pescado o los callos, que son un imprescindible de la carta en invierno. En verano, con el calor, en Gaztelua apuestan más por los platos frescos como el panaché de verduras.
Por otro lado, y para los amantes del buen vino, el restaurante cuenta con un «pequeño» surtido de cincuenta variedades diferentes, entre los que se incluyen Riberas, Barolos o Barberas, entre otros. Y cómo no destacar los postres, caseros en su amplia mayoría, y entre los que triunfan la tarta de queso, la leche frita o la panchineta. Mención especial también para el café irlandés, que lo preparan de una manera especial con whisky quemado, azúcar y nata montada al momento.
El restaurante Gaztelua de Durango echó a andar en 1989 con un acogedor comedor de siete mesas y una capacidad aproximada a los 35 comensales. Hoy, gracias a su pintoresca terraza, la cifra se eleva a 50, convirtiéndolo en un local agradable e íntimo. Su propietario, Andoni Txurruka, natural de Amoroto, tenía claro lo que buscaba: «Un restaurante pequeñito, pero de calidad. Con buen producto y donde no tengamos que adornar los sabores. De cocina tradicional».
Dirección: Herriko Gudarien Kalea, 1. Durango.
Teléfono: 946816722.
Precios: Lubina salvaje: 56 €. Rodaballo plancha: 48 €. Rabo estofado: 18 €. Revuelto de hongos: 19 €.
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