El restaurante vizcaíno donde se come con fundamento y sirven vinos a un precio razonable

Txema Soria

Lunes, 9 de diciembre 2024, 07:25

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El 4 de agosto de 2022 es una fecha señalada para la pareja que forman Eduardo García Lomana e Idoia Suárez Rodríguez. Ese día abrieron las puertas de Horma Taberna, un pequeño local en la calle Euskal Herria de Algorta, que cuenta con una pequeña barra, un comedor interior con cuatro mesas –con una docena de personas ya está lleno– y cuatro mesas en la terraza. Eduardo, licenciado en Historia, es sobrino de Jesús Lomana, fundador de los restaurantes Parrillas en Getxo y Bilbao y ha trabajado durante dos décadas en el local de Getxo. Por su parte, Idoia es una guisandera estupenda. Hija de José Ignacio Suárez, quien fundara el restaurante Aritz en la calle Zugastinovia, ha pasado por las cocinas del Atseden en la calle Ledesma de Bilbao, Parrillas del Mar y aeropuerto de Loiu.

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En este rincón de Getxo se disfruta de excelentes vinos –Eduardo es un apasionado del mundo del vino – y de una magnífica barra en la que destacan los pintxos de tortilla, sándwiches vegetales y bacalao desalado con refrito y cayena, así como platos basados en las salsas tradicionales y elaboradas con mucho tiempo y mimo. Horma Taberna dispone de una cocina a la vista, abierta de manera permanente desde las 13.30 hasta la hora de cierre.

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Su apuesta gastronómica es muy sencilla. De martes a viernes ofrecen un plato del día por 7 € (7,50 euros si es para llevar a casa), con propuestas como tortelloni de espinacas y ricota con salsa de tomate, pimientos rellenos de bacalao, albóndigas de merluza, arroz con mojojones o pochas con almejas. También cuentan con una carta de raciones que son para quitarse el sombrero como ensaladilla rusa –todo un clásico–, carpaccio de panceta cortada muy finamente y con un sabor extraordinario, cremosas croquetas que sacan por unidades y mejillones rellenos, cuyo relleno de bechamel recuerda a los míticos del Baste de Bilbao.

Se puede continuar con bacalao a la vizcaína, uno de los platos que más pide el personal. También ofrecen unas magníficas carrilleras y albóndigas con una salsa que se puede comer a cucharadas. Tienen rabo guisado, mollejas de cordero, callos y morros con una vizcaína de no parar de mojar pan y cordero lechal a la cazuela, que hace Eduardo siguiendo la receta de su madre, Carmina Lomana. Como postre, tarta de queso estilo La Viña de Donosti.

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Los vinos, estupendos y muy asequibles, son de pequeñas bodegas, generalmente familiares, y poco conocidas para el gran público. Lo mejor atender a las sugerencias del sumiller, en este caso el propio Eduardo. Un dato importante, elaboran platos para llevar a casa, una propuesta que adquiere más sentido en estos días previos a la Navidad.