Carne asada como en la Pampa argentina, pero en Bakio

Los carnívoros tienen los placeres asegurados en el nuevo restaurante en el que los clientes son recibidos por el enorme fogón que preside la sala. De allí cuelgan y se cocinan con tiempo y mimo los diferentes cortes de carne del tradicional asado criollo. A leña y con cuero. Hasta ocho horas dedican a dorar las costillas. «No cocinamos a la brasa, sino al calor de las llamas, al estilo de los gauchos», aclaran los socios de Fuego Argentino.

La cuidada decoración del comedor traslada al comensal a las llanuras planas e interminables de la Pampa argentina. Aquí se respetan las tradiciones hasta el los uniformes que visten sus propietarios y que están «hechos a mano», aclaran.

Se puede elegir entre dos menús, que más que una mera lista de platos son experiencias gastronómicas para vivirlas al máximo. La elección de 39 euros se compone de «ocho pasos en los que se degustan las diferentes partes del asado, acompañadas de su guarnición», explican.

Para los más exquisitos exponen toda una pared repleta de un centenar de etiquetas de variedades de uva procedentes de todo el mundo. Son para completar el menú 'Maridaje', de 79 euros. «Un enólogo de Mendoza ha elegido para nosotros los vinos que mejor casan con cada parte del asado», invitan a probarlo.

La sal es de Añana, las verduras de Bakio, «la leña del monte y el vacuno de raza Angus certificada», completan la relación de los cinco elementos imprescindibles que entran en la extensa cocina del Fuego Argentino de Bakio.