Llegaron de Atenas chapurreando cuatro palabras de castellano, las suficientes para montar unos meses después una pequeña taberna en General Concha donde servir las especialidades de su tierra. El éxito de aquella tasca –apenas una barra y cuatro mesas altas– no tardó en correr entre el público bilbaíno, poco acostumbrado a aventurarse en los secretos de la despensa griega, más allá de echarle un poco de queso feta a la ensalada. Las valoraciones en las redes sociales y sobre todo el boca a boca auparon a la pareja, que al poco tiempo se mudó a un local más grande en Fernández del Campo.
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Consolidados como una referencia para quienes cada mediodía peinan el centro en busca de un bocado rápido y saludable, Christos Karaiannopoulos y Christina Tsakona dan ahora el salto al entorno de Pozas y García Rivero, donde ofrecen una propuesta más elevada, con la brasa como hilo conductor. No se trata tanto que arrimar el ascua a la tendencia en boga, aclara Christos, sino de rendir homenaje al fuego –aunque sea de Josper–, tan seña de identidad de la cocina griega como lo es de la vasca.
Que esta no es aquella modesta tabernita sino un restaurante con todas las de la ley se nota en detalles como el servicio del pan, la vajilla estilosa o la carta de vinos, que incluye un interesante capítulo de etiquetas griegas que merece la pena explorar. En cuanto a la cocina, la referencia siguen siendo los sabores tradicionales de su país, pero tratados aquí con juegos de texturas y emplatados floridos.
Antes de meterse entre pecho y espalda un T-Bone o un Tomahawk, que también los hay, merece la pena detenerse en el capítulo de ensaladas, donde los griegos no tienen competencia. La berenjena asada con cherris, alcaparras y toques de hinojo o la remolacha horneada con nueces, mousse de queso de cabra, encurtidos y tomillo son una fantástica puerta de entrada.
La carta incluye además algunos platos principales de ración generosa y sabores contundentes, como las salchichas griegas con alubiones o el pollo a la espalda con garbanzos horneados, hinojo, salsa de tomate y yogur, que tratan de elevar recetas populares. La casa cuenta incluso con un temprano 'hit', el tartar de solomillo de ternera con gel de hierbabuena, ouzo y yema de huevo deshidratada, revisión en crudo y en clave modernita del clásico guiso de albóndigas.
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No conviene dejar pasar los postres, como el fresco puding de naranja o el goloso Saragli, una cesta de pasta filo emborrachada con frutos secos y gel de canela, que sirve para asegurarse de que nadie sale con hambre de la casa de Christos y Christina.
Christos y Christina se han aclimatado bien a Bilbao, donde el público ha respondido con fervor a su cocina fresca y sencilla. El éxito ha sido tal que ahora se atreven a abrir un segundo establecimiento, en un espacioso local de Pozas que hasta hace poco estuvo ocupado por un bistrot especializado en eso del 'brunch'. Unas pinturas murales que representan a Baco y Apolo han servido para darle al comedor un nuevo aire y que los clientes se pongan en situación, porque lo que propone esta pareja es un fugaz viaje a Atenas. De la cocina se encarga su compatriota Yanna Angelou.
Dirección: Poza, 27. Bilbao
Teléfono: 611123128
Instagram: @kaliorexibylabocatorio
Precios: Tartar de solomillo: 20 €. Berenjena ahumada: 10 €. Pantxari de Remolacha: 12 €. Lukaniko: 19 €. Chuletón: 65 €.
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