Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Joseba Fiestras y Txema Soria
Viernes, 24 de noviembre 2023
Muchos lectores habrán empezado a adelantar las compras para los menús navideños cuando los precios de la alimentación siguen disparados y, probablemente, subirán más según se acercan las fiestas. Estos son los platos de un menú navideño anticrisis propuestos por algunos de nuestros cocineros.
Ricardo Pérez y Borja Etxebarria (Yandiola) Entrante frío
Este plato, atún rojo de almadraba marinado y salmorejo suave de jalapeños, se ha consolidado en la carta de restaurante Yandiola, ubicado en el Azkuna Zentroa, que dirigen Ricardo Pérez y Borja Etxebarria. Es un plato muy fácil de hacer, al decir de los cocineros, y muy vistoso, que gusta mucho a sus clientes. El plato consta de atún rojo de almadraba, que es muy especial por su textura e infiltración grasa; jalapeños, que le da un toque picante; salmorejo, que se hace a la manera tradicional; kikos, que le da un toque crujiente; yema trufada, que le aporta untuosidad; y ajo negro, que resalta el sabor del atún. Ricardo Pérez, quien relaciona la Navidad con el olor a langostino cocido y espárragos, y Borja Etxebarria afirman que «este es un plato diferente para Navidad. Es un plato frío, digestivo, fácil de comer, que se puede hacer en versión de canapé para comer de un bocado y acompañado de una copa de champán».
250 gramos de atún de almadraba (para marinar)
40 gramos de soja
20 gramos de sésamo tostado
sal
350 gramos de salmorejo
20 gramos de jalapeños encurtidos
200 gramos de tomate natural
100 gramos de pan viejo de hogaza
Un ajo
75 centilitros de aceite oliva virgen extra
Alioli de ajo negros (50 gramos de mahonesa. 120 gramos de ajo negro)
Kikos
Brotes tiernos
Yema de huevo trufada (100 gramos de yema de huevo, 15 gramos de aceite trufado)
Elaboración: Se hace el salmorejo en una túrmix o en una Thermomix. Para ello se trituran todos los ingredientes, tomate, pan viejo de hogaza, ajo, aceite de oliva, sal y los jalapeños. Una vez estén bien triturados todos los ingredientes se cuelan por un colador pequeño hasta que quede muy fino, hasta que tenga una textura cremosa.
Por otro lado se hace la yema trufada, para lo cual se mezcla la yema del huevo, a la que se ha quitado la clara, y el aceite trufado. Se mete en una bolsa al vacío y se cocina al baño maría hasta que coja una textura densa.
Para hacer el ali oli se tritura la mahonesa, que debe ser especial., con el ajo negro y con el zumo de medio limón.
El atún rojo de almadraba, que se ha troceado en dados, se marina añadiéndole soja, sal y sésamo tostado. Todos los ingredientes se envuelven bien durante cinco minutos.
Emplatado: En la del plato se pone el salmorejo. Encima del salmorejo se colocan los dados de atún rojo. En cada uno de ellos se pone un punto de yema trufada. En los espacios libres, donde no se haya puesto el salmorejo, se pone un punto de ajo negro, kikos y brotes tiernos.
Óscar Abajo (Orio Erretegia) Entrante
Óscar Abajo asumió la gerencia del mítico Asador Orio en verano del año pasado y ha mantenido la esencia de este asador y su relación con el buen producto, conservando algunos de sus platos más emblemáticos. Ha elegido esta receta «por ser, sin duda, el emblema de la casa y uno de los iconos de la gastronomía vasca. Una receta que requiere producto y mucha, mucha mano. Un plato cada vez menos habitual por la destreza que requiere su elaboración y que recuerda a esos platos que con mucho esfuerzo y dedicación preparaban en nuestras casas en los días de fiesta», cuenta. En éste, el protagonista es un crustáceo que resulta ser una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico; así como de ácidos grasos poliinsaturados. Además, tiene un alto contenido en minerales y vitaminas y está ahora en plena temporada.
Un centollo bien fresco
2 dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra
½ cebolla picada fina
½ pimiento verde picado fino
Mantequilla
Cognac
Cayena (según preferencia de picante)
Un manojo de perejil fresco finamente picado
Sal
Pimienta al gusto
Elaboración: Calentamos el aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego medio. Agregamos los dientes de ajo pelados y los confitamos a fuego medio. Luego, retiramos los ajos y los reservamos. En la misma sartén, incorporamos la cebolla y el pimiento verde picados. Cocinamos a fuego lento unos 15 o 20 minutos, revolviendo con cariño, hasta que las verduras estén tiernas y se vuelvan translúcidas. Se trata de pochar la base, en ningún caso de freírla.
Añadimos la mantequilla a las verduras pochadas y dejamos que se derrita suavemente. Vertemos el cognac en la sartén y agregamos la cayena para dar un toque picante a tu gusto. Dejamos que la mezcla se reduzca, evapore todo el alcohol y deje un delicioso sabor.
Una vez que la reducción está completa, retiramos la sartén del fuego y dejamos que se enfríe ligeramente. Vertemos la mezcla a una batidora o vaso americano. Trituramos junto con los ajos confitados que habíamos reservado, incorporamos al final perejil fresco picado. Obtenemos una mezcla homogénea.
En una cacerola grande, vertemos la salsa y los centollos que habremos cocido y desmigado previamente. Cocinamos a fuego lento permitiendo que los sabores se mezclen y el centollo se cocine. Sírvelo en la misma concha del centollo para una presentación al estilo Orio.
Emplatado: Sírvelo en la misma concha del centollo para una presentación al estilo Orio.
Zuriñe García (Puente Colgante Boutique Hotel) Entrante caliente
Zuriñe García, jefa de cocina del Puente Colgante Boutique Hotel de Portugalete, recuerda las navidades en su casa comiendo sopa de pescado, cordero y marisco. Ha elegido caracoles a la vizcaína como plato navideño porque apuesta por recuperar el recetario clásico. Los caracoles a la vizcaína, que se ponen en muy pocos restaurantes, son trabajosos de hacer. Un plato que le enseño a hacer Jesús Ledesma cuando ella empezó en el restaurante Andra Mari. «Es –afirma la cocinera– un plato que a pesar de que tiene mucho trabajo es sencillo de hacer. Lo más complicado es hacer una buena salsa. Su resultado es muy sabroso y gustoso de comer».
4 cebollas rojas
Media cabeza de ajo
Laurel
Recorte de jamón y de grasa de jamón
12 pimientos choriceros
Costrones de pan seco
1,5 kilos de caracoles
Chorizo
Jamón
Cebolla
Laurel
Panceta o bacón
Tomate
Tabasco
Algo de pimentón dulce
Se termina con algo de perejil
Elaboración: La salsa vizcaína se hace en una cazuela baja. En una base de aceite de oliva se echa la mitad de una cabeza de ajo, incluida su piel, hasta que se dore, costrones de pan seco –restos de pan que queden en casa–, laurel, y recortes de jamón y de grasa de jamón. Se añade la cebolla, pelada y picada, que se pocha durante mucho tiempo a fuego suave, añadiendo de vez en cuando agua para que la cebolla no se pegue.
Se añade el pimiento choricero, al que anteriormente se le han dado tres hervores. Todo ello se debe dejar integrar para que coja color, para después triturarlo. Se pasa a otra cazuela y se vuelve a hervir. Se le añade azúcar y sal.
Los caracoles, una vez que se han limpiado varias veces con agua y sal, se cuecen. Una vez cocidos se hace la salsa con la cebolla bien picada, que se pocha con laurel y aceite de oliva. Se le añade jamón, bacón o panceta muy picado, algo de tomate triturado, pimentón dulce y la salsa vizcaína.
Todo ello se pone a hervir y se le añaden los caracoles hasta que estos se integren con la salsa. Al final se le echa un poco de tabasco para que tenga el toque picante que necesita.
Emplatado: Se sirven en un plato hondo y se decora con perejil rizado.
Rubén Camino (La Sidre) Plato principal de pescado
Rubén Camino es el cocinero de La Sidre, un establecimiento ubicado en una zona privilegiada, cerca del bosque de Armentia, en las afueras de Vitoria-Gasteiz. Ha sido la receta elegida «porque el bacalao es un pescado asequible y muy nuestro que, confitado y rematado a la brasa, resulta un bocado majestuoso que honra el recetario y los métodos tradicionales lejos de todo artificio. Una receta que sabe a esas mesas bien compartidas con familia o amigos donde la comida es una oda a la vida y la celebración de origen y vida», explica. El ingrediente principal del plato que propone es un pescado de bajo contenido graso que proporciona una gran cantidad de proteínas. Además, aporta calcio, fósforo y potasio, ayudando al correcto funcionamiento del sistema nervioso.
Un taco de bacalao
Patatas en láminas
Pimientos asados (rojo, verde y amarillo)
Aceite de oliva virgen extra
Perejil
Ajo
Guindilla seca
Elaboración: Comenzamos por confitar el bacalao en aceite de oliva virgen extra (AOVE). Pare ello lo sumergimos en el aceite, que lo cubra, con los ajos pelados, y lo ponemos a fuego bajo, unos 70-80 grados durante 15-20 minutos. Luego lo rescatamos del baño y lo reservamos para el siguiente paso.
La brasa es la clave para conseguir el sabor de nuestro bacalao. Ponemos el bacalao confitado en la parrilla, por ambos lados, lo que despierta los aromas y sabores tan característicos de la brasa. Después en el horno, a 180 grados, adquiere la textura perfecta y el calor que potencia aún más su sabor.
Mientras el bacalao está en el horno, preparamos las patatas y los pimientos asados. Las patatas, cortadas en láminas finas, serán la base de nuestro plato. Asamos los pimientos con paciencia.
Emplatado: Usamos las patatas como base, colocamos con cuidado el taco de bacalao y le damos un toque final con la salsa y el aceite de oliva que aporta brillo y sabor. Remata con los pimientos asados, cubriendo el bacalao, y el detalle del perejil y la guindilla por encima.
Santi Ramírez (Laua) Plato principal de carne
Santi Ramírez es el chef y propietario de este singular restaurante alavés, ubicado en el corazón de la Llanada Alavesa, que trabaja con un estupendo menú degustación: «Es una cocina divertida, distinta, pero basada en los productos y gustos más tradicionales de nuestra tierra». La que ha elegido «es una receta sabrosa pero laboriosa, que precisa paciencia pero que nos permite trabajarla con antelación. Así, el día señalado sólo tenemos que sentarnos a disfrutar y estar más tranquilos con solo calentarla». El rabo es una de las piezas más apreciadas en la gastronomía española. Se trata de una carne muy valorada, ya no solo por su alto grado en gelatina, sino también por su sabor y propiedades aportando: proteínas, vitaminas y minerales como el hierro. Además, es hipocalórico y, en esta receta, combinado con verduras, resulta muy sabroso.
Un rabo de ternera
Aceite de oliva virgen
Cebolla
Zanahoria
Puerro
Perejil
Un vaso de buen tinto
Agua o caldo
Lonchas de jamón
Puré de patata
Elaboración: Troceamos el rabo y lo doramos en una sartén antiadherente con paciencia, para que se dore por todos sus lados. Reservamos el rabo en una olla y en el mismo recipiente donde lo hemos dorado salteamos cebolla y zanahoria, con un poco de aceite hasta que coja un bonito color tostado (hay que hacerlo despacio, merece la pena).
Después añadimos algo de puerro y perejil picado, cocinamos algo más y se lo añadimos a la olla a presión junto con el rabo. Luego recuperamos los jugos de la sartén reduciendo en ella un vaso generoso de buen vino tinto y lo incorporamos también a la olla.
Cubrimos con agua o caldo y cocemos durante 90 minutos en la olla a presión. Una vez cocido, dejamos enfriar y despegamos toda la carne de los huesos. Templamos la carne obtenida y con la ayuda de film de cocina hacemos unos cilindros del grosor que nos guste.
Cuando los rulos se hayan enfriado y reposado (mejor de un día para otro) se habrán quedado consistentes debido al colágeno que contiene. Así podremos cortar cilindros del tamaño que deseemos y los envolvemos en una loncha de jamón. Colamos los ingredientes que han quedado en la olla y dejamos reducir el caldo resultante hasta conseguir una salsa.
Emplatado: Emplataremos las piezas de rabo, que previamente habremos calentado en el horno, sobre un puré de patata y lo cubrimos con la salsa caliente.
Oskar Rodríguez (Sustraiak) Postre
Oskar Rodríguez, que dirige la cocina del restaurante Sustraiak en Plentzia, recuerda aquellos veranos y navidades de su niñez que pasaba en la casa de su abuela, Amparo Centeno, que acaba de fallecer a los cien años, en el pueblo riojano de Anguciana. Unos recuerdos, los navideños, que tienen que ver con la gastronomía y con su familia, que disfrutaban enormemente cocinando. Este postre, lácteos, es un homenaje a aquellos aromas, el pan quemado, el sabor de la nata, que les ponía la abuela para desayunar. Tostaba el pan de pueblo en la cocina de leña hasta casi quemarlo y sobre ella ponía la nata de la leche, de las vacas recién ordeñada, y hervida y sobre ella le ponía bien de azúcar.
Brioche, sin corteza, cortado en dados de 0'5 por 0'5
Helado de leche fresca (622 gramos de leche cruda, 110 gramos de nata 35%, 30 gramos de leche en polvo, 56 gramos de dextrosa, 95 granos de glucosa, 80 gramos de sacarosa, 7 gramos de crema neutra)
Lana de azúcar
Merengue seco (4 claras de huevos, 200 gramos de azúcar)
Toffe de ron (200 gramos de nata, 150 gramos de azúcar, 25 gramos de miel, 100 gramos de mantequilla, ron)
Nata semi montada
Flores blancas
Hojas de galleta (2 claras de huevo, 30 gramos de mantequilla, 80 gramos de azúcar glass, 25 gramos de harina de trigo, 50 gramos de almendra molida)
Sraciatella
Vinagre de fresas
Elaboración: El brioche, sin corteza, se corta en dados de 0'5 por 0'5 y se quema con un soplete, buscando el sabor del pan cuando este se tostaba en la brasa de los pueblos.
Para hacer el helado de leche fresca se pone en un cazo frío leche, nata, leche en polvo, dextrosa y glucosa. Se pone a 75 grados y se mantiene durante 15 segundos antes de bajar a 70 grados. Se pasa a frío durante 24 horas para que madure. Una vez ha pasado este tiempo se pasa por una túrmix y se mete en una heladora.
Lana o algodón de azúcar, que se hace al modo tradicional.
Merengue seco. Se mezclan cuatro claras de huevo con 200 gramos de azúcar. Se disuelve al baño maría. Una vez disuelto se monta con una batidora, se echa en una bandeja y se seca al horno a 100 grados durante una hora.
Para hacer el toffe de ron se calienta 200 gramos de nata con 150 gramos de azúcar, 25 de miel y 100 gramos de mantequilla. Cuando tenga densidad se ron de calidad fuera del fuego y se enfría.
Nata semi montada. A la nata, una vez esta semi montada, se le añade azúcar para que se note el crujiente.
Hojas de galleta. Se hace una pasta de tejas mezclando dos claras de huevo, 30 gramos de mantequilla, 80 gramos de azúcar glas, 25 gramos de harina de trigo y 50 gramos de almendra molida. Se ponen sobre un molde de hojas y se hornea durante cuatro minutos a 180 grados. Una vez las hojas están frías se espolvorean con azúcar glas.
Emplatado: El montaje del plato se hace por texturas. Las más líquidas se ponen en el fondo. Abajo se pone unas gotas de vinagre de fresas, para que de acidez al plato, y el helado de leche fresca. Sobre ello va la sraciatella, que no es sino el queso que va en el interior de la burrata, y la nata semimontada. Arriba se pone las hojas de galleta, merengue seco, la lana de azúcar, el brioche quemado y las flores blancas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.