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La panadería de Elciego que arrasa en Instagram con 11 millones de visitas
Rafa Gutiérrez

La panadería de Elciego que arrasa en Instagram con 11 millones de visitas

Les han ofrecido abrir en Beverly Hills mientras los turistas se agolpan para comprar panes artísticos de Barrihuelo. El candeal encamisado, pura filigrana panarra, es el rey

Sábado, 14 de septiembre 2024, 10:16

Se presentó con el móvil en la mano el 4 de noviembre y desató el delirio. El vídeo en que Miguel Bezares, un influyente de Navarrete, mostraba las filigranas paneras que salían de las manos de Georgina (44) y Álvaro Reinares Navaridas (45) suma ya once millones de visitas en Instagram y desató un frenesí desaforado por hacerse con los panes artísticos... que aún dura.

La locura fue tal que la Panadería Barrihuelo, en Elciego, corazón de Rioja Alavesa, se quedó sin existencias, incapaz de atender tanta demanda y con unos panaderos abrumados. «Se llevaban todo lo que había. '¡Que ya no nos queda nada!', les decía. Daba igual. 'Pues nos llevamos las madalenas'», sonríe ahora Álvaro Reinares recordando aquel tumulto desaforado.

Barrihuelo (Elciego)

Barrihuelo (Elciego)
  • Dirección Calle Barco, 2 (Elciego. Álava).

  • Teléfono 945606403

  • Panes especiales y piezas de bollería creativa: Sábados y domingos

El deseo de hacerse con una de aquellas barras de pan candeal encamisado (4 €), provocó aglomeraciones. Visitantes, forasteros y turistas internacionales y panarras que acuden a Elciego incluyen ya una visita obligada a Barrihuelo.

«Han venido hasta inversores a decirnos que nos ponen el dinero para que nos instalemos con nuestros panes en Beverly Hills», dice Álvaro, abriendo mucho los ojos, incrédulo. «Que no», dice el riojano. «Si allí venden la baguette francesa a 9 €. ¿Qué pintamos nosotros en Los Ángeles? La nuestra, la baguette de tradición francesa, la cobramos a 1,50 €», suspira este hijo y nieto de los panaderos de La Espiga de Oro de Fuenmayor.

Que me lo quitan de las manos

«Luego la cosa reventó en TikTok. Otro boom. Desde entonces, los fines de semana, que es cuando elaboramos las especialidades y la viennoserie, se forman colas. El buen pan tiene tirón», reconoce Georgina Reinares. «Esto es un no parar. Nos tomamos nuestro tiempo para explicar a los clientes qué se llevan. Si pagas diez euros por una hogaza tienes que saber qué tiene de especial».

Georgina, que será la primera mujer que participará en noviembre en el Premio Nacional a la Excelencia The Baker, y su equipo dedican tiempo a explicar las harinas, la masa madre de cultivo propio y los procesos que emplean para elaborar panes como este candeal encamisado. R. Gutiérrez

Entre semana, la panadería se llena con vecinos veteranos que compran el pan candeal, los cerosos de media cocción, alguna hogaza (hoy tienen la maciza de patatas a la riojana: pan preñado de un guiso de patatas con carne), cruasanes y magdalenas.

Estos dos panaderos que hacen buenas migas (aunque pueden ponerse duros si discuten sobre el tiempo de horneado de una tarta de queso) son conscientes de que la viralización y popularidad de sus elaboraciones se sustenta en un componente estético, visual. Pero de las pantallas no se puede pellizcar un corrusco.

Georgina Dumitrescu y R. Gutiérrez

Mejor comer el encamisado, pieza doble que presenta una capa crujiente por fuera -«ideal para acompañar el jamón, como si fueran unos picos»- y esconde un esponjoso pan candeal en su interior con el que Álvaro invita a untar la yema de unos buenos huevos fritos con puntilla. El candeal es, junto a la hogaza, también encamisada, la pieza estrella. Se las quitan de las manos en un boleo. «Horneamos unas 40 piezas. No tenemos capacidad para elaborar más», confirma Georgina.

«Ahora lo vemos muy bonito, pero es un pan que nos ha llevado muchísimas horas de trabajo y muchas, muchas noches sin dormir», explica. «La panadería es magia, no una ciencia exacta. Usamos masa madre de cultivo propio, que es como un caballo salvaje», dice la panadera. «Sí. La masa parece un Tamagochi; se pone triste y te baja, no crece», ilustra Reinares.

Ana, María y Luis el sábado pasado en la Panadería Barrihuelo junto a Georgina y Álvaro Reinares rodeados de sus elaboraciones. R. Gutiérrez

Llegar hasta donde están no ha sido fácil. Georgina, que fue fotógrafa de estudio en Constanza, ciudad bañada por el Mar Negro, y acostumbrada a hornear pan en casa, conoció a Álvaro con las manos en la masa como si dijéramos. Entró a trabajar en la panadería familiar de Fuenmayor. Luego fue dependienta y ahora es panadera día y noche. «Yo ya quería hacer cosas nuevas, pero mi padre era contrario a innovar. Hacíamos pan industrial», patentiza su marido. Georgina fue el impulso, la levadura para trasladarse a Elciego y hacerse cargo de la panadería del lugar.

«Nos casamos hace ocho años. Con el dinero de la boda, sacamos 10.000 €, pagamos una parte al propietario y compramos una laminadora que nos trajimos desmontada en la Kangoo», dicen al alimón. «Han sido ocho años de sacrificios tremendos, sin fiestas ni vacaciones, gastándonos 15.000 € en cursos para aprender y mejorar. Nos hemos 'matao' a estudiar y a trabajar. Ha habido días que nos hemos caído de sueño en la panadería. Literal», recuerda Georgina.

Georgina Dumitrescu y R. Gutiérrez

Pero eso ya pasó. Hoy son la pareja Insta-pan. «Ahora no madrugamos. Entramos a las siete menos cuarto. Hemos invertido mucho en maquinaria y equipos; dejamos hechas las fermentaciones largas por la noche y el primero que llega hornea los panes y cruasanes », explica Álvaro en mitad de la blanca tahona que lleva el nombre del barrio de bodegas de Elciego.

No al pan congelado, de gasolinera

El día de la entrevista probé su baguette francesa. Sobresaliente y más barata que un pan congelado de súper. «Tenemos que aprender de ellos. En Francia no ha entrado el pan congelado, el pan de gasolinera. A ver si aprendemos. La antigua panadería desaparece devorada por la industria. Para ellos el pan es el oro blanco. Ahora llegamos jóvenes con conocimientos, que queremos hacer bien las cosas y darle valor a un producto que no es sólo alimento. Por suerte encontramos un público joven que busca panes saludables, sin miedo a probar y a comer pan rico pagando por ello. Cuando comes un buen pan, un pan sano, te gusta. PAN son las siglas de Primer Alimento Necesario», dice la pareja.

Georgina, en harina. G. Gutiérrez

Y acto seguido me muestran los sacos de harinas eco de trigo negrete, la italiana para los panetones, la francesa T65 Label Rouge para los panes de tradición francesa, la maquinaria y los hornos de la firma Salva, y me invitan a que huela y pruebe su masa madre y a que me empape del aroma profundo, húmedo y maternal de sus panes antiguos. «Yo me he alimentado con la harina y el pan de casa; tengo ese amor por el pan», se emociona Georgina Dumitrescu.

Ella ha perdido ocho kilos desde que supo que sería la primera mujer finalista del Premio Nacional a la Excelencia The Baker. «Menudas palizas de coche para asistir a los cursos en la Backing School de Sabadell y volver para abrir la panadería. Nuestro gran maestro ha sido el francés Yohan Ferrant. Ahora me toca entrenar para el concurso y preparar panes nutricionales, una pieza de bollería creativa, un brioche francés creativo y un dulce típico de la zona que mantengo en secreto», dice al tiempo que confía lo nerviosa que se pone ante los jurados. Otro reto viral.

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