Comer y beber en el barrio de Deusto

Fue anteiglesia independiente y algo de ese orgullo patrio sigue vivo en Deusto. A tiro de piedra del centro de Bilbao, es sin embargo casi un mundo aparte con todo lo necesario para disfrutar el día sin rebasar sus fronteras. Prueba de ello es un tejido hostelero donde no falta de nada, desde cafeterías de especialidad hasta templos de menú para Gargantúa o animados bares de copas. El barrio atesora muchas más referencias, pero ahí van cinco pistas para una ruta 'foodie' por el distrito número 1 -no lo digo yo, sino las ordenanzas municipales- de la villa de don Diego.

Un café de especialidad y un bocado saludable para empezar la jornada. Tras el éxito de su primer establecimiento en los aledaños del Guggenheim, Nuria Arias y Matyas Szerb desembarcan al otro lado del puente de Deusto con un espacio estratégicamente situado para seducir a los estudiantes universitarios, pero que también está conquistando a muchos vecinos del barrio. Cuenta con un menú algo más amplio que en Abando, sumando a las tostadas de masa madre o los boles de granola platos más completos como los huevos turcos, el sandwich caliente de pastrami o una deliciosa sakshuka. Ideal para un desayuno sin prisas o un brunch de fin de semana.

El entorno de las calles Madariaga y Blas de Otero disponen de un buen puñado de bares para tomar una cañita y un pintxo al salir del tajo –a bote pronto recomendaría el Akeita Gozo, Deustoarrak, la pulpería Naroa o el pantagruélico Ikatz– pero si lo que apetece es un aperitivo algo más peripuesto hay que llegarse hasta el El Rincón de Arantza. Un bar de toda la vida, fundado en los años 70 y remozado hace unos meses, con Ander Muriel y Arantza González al frente. Especializado en vermú, cuenta con una docena de etiquetas distintas y un cóctel de la casa que combina lo mejor del marianito preparado con la potencia del negroni.

Uno de los emblemas de Deusto gracias a sus generosos pintxos y a un espléndido menú del día donde no faltan los platos de cuchara, pescado fresco, estofados de carne o unos guisos de casquería que merecen por si solos la visita. Eztitxu Lezea en la barra y Gorka Gamboa en los fogones dan sabor a un local mítico en el que llevan desde hace 25 años. Durante la pandemia hicieron una reforma con la que han ganado comedor y ofrecen también sus platos más reconocidos para llevar a casa.

Uno de los italianos más auténticos de la ciudad se esconde en un discreto local de la calle Heliodoro de la Torre. Agostino Terzi y Carmen Arfini regentan esta modesta trattoria que no ha tardado en hacerse un nombre entre los amantes de la cocina italiana, más allá de la pasta, la pizza o el risotto, que los bordan, ojo. Su vitello tonnato, su tartar de ternera con parmiggiano, su ensalada don Carlo –naranja, anchoas, alcaparras y tomate seco– o su carbonara de verdad son razones más que suficientes para reservar ya mismo una cena romántica o una reunión de amigos.

Una agradable terraza, una selección musical más que aceptable y copas bien servidas merecen alargar la velada en este pub ubicado justo detrás de la iglesia de San Pedro de Deusto. Su barman, Txus, lleva 20 años en el oficio y sabe preparar buenos cócteles, aunque la chavalada se congregue allí por los katxis baratos, los chupitos a 1,50 o el animado futbolín. Para disfrutar con espíritu joven, se tenga la edad que se tenga.

• Temas
• Deusto