Vascolac, un grupo lácteo de producto de cercanía

La clave, según Javier Olmos, consejero delegado de la firma, la diversificación de sus productos y la rápida reacción ante la pandemia: «Aparte de todas las medidas de higiene, con las que ya estábamos muy familiarizados, hemos partido turnos y dividido las grupos de entrada y salida, aumentando las horas de apertura: ahora de 6 a 22 horas. Tenemos que ser capaces de abastecer el mercado. Hemos bajado algo en cuanto a la venta, pero gracias a la diversificación estamos aguantando bastante bien».

Sus dudas: «Ahora abre la hostelería, y veremos a ver cómo lo hace. Somos efecto tractor de otros sectores y empresas locales, y tiramos de proveedores de Km 0, lo que nos da seguridad y confianza». Y si ha mermado la venta a hostelería, reconocen que han subido bastante ciertos productos en el mercado, como el queso fresco y el producto elaborado. Picos de aprovisionamiento ha tenido el kéfir, aunque ha mantenido su salida al mercado, mientras que el queso Idiazabal ha sufrido una bajada importante.

En el año 2015, la segunda generación de la familia asumió el relevo en la empresa y puso en marcha un nuevo plan estratégico para relanzar la compañía. Su objetivo era, y es, posicionarse como un referente en el sector lácteo en Euskadi, apostando por productos kilómetro 0, ingredientes naturales, sabores tradicionales y packagings sostenibles.

Para conseguirlo, la gran apuesta de Vascolac es la concentración de pequeñas y medianas empresas del sector para formar un grupo más potente en un contexto cada vez más competitivo, que sea capaz de afrontar la falta de relevo generacional y apostar por la preservación de productos con una importante presencia en la zona norte del país. En este contexto, es especialmente relevante la I+D+i para el desarrollo de nuevos productos y la transformación digital en el sector de la alimentación para la optimización de procesos de calidad, transporte y comercialización. De hecho, cuenta con un laboratorio propio en el que se invierte constantemente y en el que se desarrollan nuevos productos en diversos formatos, como el yogur bebible de fruta. Para la elaboración de toda su gama de productos, se utilizan 5 millones de litros de leche de vaca al año y 270.000 litros de leche de oveja, 120.000 de ellos de la raza autóctona latxa. Todo ello en unas instalaciones que comprenden una planta de 9.000 metros cuadrados en Zamudio y otra de 1.600 en Irún. Además, mantiene una estrecha relación con los Bancos de Alimentos, a los que realiza donaciones periódicas y les hace llegar lotes de sus productos.