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Los quesos presentados a concurso.
Los mejores quesos de Euskadi: XVII Campeonato de Queso Idiazabal de Pastor 'Villa de Bilbao'.

Lekuona, de Araia, vence el concurso de queso de Bilbao

Azkarra, también de Álava, obtuvo el segundo puesto, mientras que el tercero viajó a Idiazabal. Antxon Iturriaga, de Areatza, reconocido como el mejor queso vizcaíno

Miércoles, 22 de junio 2022, 10:55

Para que un queso Idiazabal de Pastor sea considerado el mejor queso de un concurso, hace falta mucho más que un buen sabor y olor, que ya es mucho para los consumidores. Al trozo de queso se le mira todo a la hora de juzgarlo, como la que el domingo se celebró en la Plaza Nueva de Bilbao en el XVII Campeonato de Queso Idiazabal de Pastor 'Villa de Bilbao'.

Venció la quesería alavesa Lekuona (de Araia), el segundo puesto fue para la también alavesa Azkarra (Galarreta, San Millán), y tercero quedó Gaztañaditxulo, de Idiazabal. El mejor queso de Bizkaia fue el de Antxon Iturriaga, de la quesería Txonde (Areatza). El certamen bilbaíno es el primero de la temporada quesera y el tercero en importancia detrás de los famosísimos de Ordizia y Gernika.

Organizado por la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, la asociación de pastores elaboradores Artzai Gazta y la DO Idiazabal y patrocinado por BBK Fundazioa y Bilbao Ekintza, se presentan, al ser el primero de la temporada, los primeros quesos, que se caracterizan por un cuajo de baja curación, de no menos de dos meses, lo que hace que presenten aromas más intensos.

Son quesos jóvenes, sí, pero a los que de todas maneras hay que mirarles cada detalle y comprobar que entra en los parámetros. La forma ha de ser cilíndrica, homogénea y regular; la corteza, lisa y dura, sin agentes extraños y de color homogéneo también; el color de la pasta, no blanco, sino de marfil a amarillo pajizo; con ojos en la pasta que no sean mayores que un grano de arroz, ni muy numerosos, y que no estén concentrados en una zona, pero no grietas.

En el olor debe apreciarse la leche de oveja y, en el caso de los ahumados, que no quede tapado por el humo; una textura no gomosa, ni arenosa, sino de media elasticidad, firmeza y granulosidad... Y, claro, el sabor: el de la leche, algo del cuajo, limpio, con cierto picante, sin amargar, sin excesiva sal, de nuevo sin que el humo se lo trague todo si es que el queso está ahumado. Para terminar, el regusto ha de estar en corcondancia con ese sabor.

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