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Jantour | Gastroturismo

Dónde comer en Port Aventura: desde bocatas a 6 euros a menús por 30

Las camisetas del Athletic que se ven y los aita y ama que resuenan de vez en cuando confirman que Port Aventura World no sólo es el único gran parque temático del país que ha triunfado, sino que goza de gran popularidad entre los vascos. Y aunque es verdad que comer es algo bastante secundario aquí y cualquier aspiración gastronómica parece fuera lugar, una cosa es segura: los 5,5 millones de visitantes del año pasado seguro que comieron en algún momento.

Así lo confirman las espectaculares cifras que maneja Port Aventura World, que, camino de cumplir 30 años, reúne tres parques temáticos, seis hoteles dentro del parque, tres fuera y un centro de convenciones. La oferta gastronómica comprende unas 100 propuestas entre puestos de comida, autoservicios, bufets, restaurantes a la carta, bares y puntos de venta de snacks y bebidas.

Entre todos ellos, de media se sirven unas 100.000 comidas a la semana. Un servicio que es parte de la estructura interna de la empresa y donde trabajan y se forman 1.600 personas que se ocupan de principio a fin de todas las elaboraciones. En una cocina central se elabora la mayoría, y luego en cada restaurante se acaban de preparar algunos platos, nos explica Jaume Solé, chef ejecutivo de Port Aventura World que lleva en la casa desde 1995.

¿Pero se puede dar bien de comer a tanta gente? Es la gran pregunta, aunque antes hay otra duda recurrente entre los visitantes: ¿está permitido entrar con comida de fuera? Los responsables nos confirman que no. Además de las razones económicas evidentes, hay también otras cuestiones como la seguridad alimentaria o la gestión y reciclaje de los residuos que se generarían.

Aclarado este punto, toca elegir donde comer. En líneas generales el nivel es correcto para las expectativas que cabe tener en un parque temático y, sobre todo, destaca la regularidad entre todos los puntos de comida, independientemente del día o el momento. Algo lógico en una cocina a gran escala y donde todos los procesos están muy controlados.

¿El mejor restaurante? Cavallino en Ferrari Land y Raco del Mar son los más destacados. El primero con una propuesta tipo trattoria y pastas bien resueltas –aunque haya bacon en la carbonara– y el segundo con unos arroces que no están nada mal y unos calarmacitos ricos. La parrillada de verduras con romesco que incluía piña asada nos dejó un poco descolocados, eso sí.

Tanto este restaurante como La Vinoteca lucen una carta de vinos muy amplia para lo que cabía esperar. No es el sitio para ponerse en modo sumiller, pero gusta comprobar que entre las referencias hay bastante vino catalán, incluyendo alguno de la cercana Terra Alta, y una docena de opciones a copas. Como curiosidad, aunque estemos en tierra de cavas, si alguien tiene antojo de champán, la botella de Lanson Black Label está a unos ajustadísimos 65 euros.

Pretender comer de forma saludable en un parque temático igual suena tan raro como pedir una botella de champán. Pero incluir más opciones con verduras y vegetales y, por supuesto, platos vegetarianos y veganos es una asignatura que por aquí se han tomado en serio en los últimos años. Se estilan más los helados, gofres, sorbetes o pizzas… pero hay boles con fruta fresca en diferentes puestos de snacks y también entre las opciones de postre.

El restaurante Bora Bora en la zona de Polinesia es una de las opciones más interesantes del parque en cuanto a relación calidad-precio y, además, con versiones veganas de sus poke-bowls y de los woks con fideos salteados. El primero llega más frío de lo que nos gustaría, el segundo junto con algún entrante es una combinación perfecta para comer sentados, bien y a un precio justo. En esta misma línea, Cantón en la zona de China ofrece por menos de 18 euros un menú con entrante, fideos con pollo, ternera o verduras y bebida. Y por cuatro euros más, el postre.

Porque comer en un parque temático nunca es barato, pero hay que reconocer que los precios se mueven dentro de lo razonable, con bocadillos, perritos calientes y sándwiches a partir de 6 euros, menús en locales de autoservicio alrededor de los 20 euros y menús cerrados en los restaurantes con servicio de mesa sobre los 30 euros.

¿Los que más triunfan? Los que incluyen algún espectáculo, como el citado Bora Bora. También gusta mucho el mexicano La Cantina, con su ya clásico chili con carne. Los más carnívoros deberían pasarse por The Iron Horse a probar las costillas asadas, y a los amantes del fútbol igual les hace gracia acercarse a LaLiga TwentyNine's, un Gastro Sport que entre sus socios cuenta con Gerard Piqué.

La gastronomía de los hoteles del resort daría para otro tema, pero en cierto modo la historia se repite con un nivel más que aceptable, aunque diferencias entre hoteles dependiendo de categoría y precios. El sistema Delion Experience introducido hace unos años en algunos hoteles ha elevado el nivel de los buffets en desayunos y cenas. Eso sí, el tiempo límite de 40 minutos por turno a la hora del desayuno es una forma un poco estresante de comenzar un día de vacaciones. Más teniendo en cuenta que luego la adrenalina, las prisas y alguna que otra cola en las atracciones se dan por descontado.

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