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Hay un barcito en la esquina de mi calle que últimamente se pone de bote en bote. Abrió hace unos pocos meses y le costó despegar, pero tras unas cuantas semanas de ver al camarero abrillantando la barra con gesto taciturno, el garito ha conseguido ... hacerse con una nutrida clientela, que acude casi cada tarde a tomarse unas cañas y comentar la jornada.

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