Están entre los cocineros más populares de España. Sus programas de televisión han sido de los mejores que hemos podido ver por su espontaneidad y por su facilidad para acercar cocina y producto al gran público. Pero no sólo son dos animales televisivos, son también, ... y principalmente, dos excelentes cocineros que ostentan con todo merecimiento dos estrellas en su restaurante de Barcelona. Les hablo de los hermanos Torres, Sergio y Javier, dos gemelos unidos también por la cocina. Tras tres años de ausencia, graban ya nuevos capítulos de una hora que podrán verse en Televisión Española a partir del día 28 de febrero.

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No les oculto que tengo una especial debilidad por estos hermanos. He seguido de cerca su trabajo desde hace muchos años. A Sergio ya le conocí cuando estaba en El Rodat (Jávea) y a Javier, como jefe de cocina del Can Fabes de Santi Santamaría. Por separado tienen trayectorias muy importantes, pero su gran momento llegó cuando se reunieron para trabajar juntos en Barcelona, en el Dos Cielos del hotel ME, donde lograron las dos estrellas que siguen ostentando. Finalmente, ya siempre formando equipo, abrieron hace tres años Cocina Hermanos Torres, donde siguen demostrando que son cocineros de mucho nivel.

Se complementan perfectamente los dos hermanos, que han acabado formando un equipo muy sólido. Ambos juegan con su formación técnica y con su afición por presentaciones vistosas. Cocina académica, refinada, actual, que saca tanto partido de los productos más exclusivos como de los más modestos, entrelazándolos con acierto en el menú. Una nueva visita estos días me ha servido para confirmar que su restaurante es uno de los grandes de Barcelona. En una antigua nave industrial dotada con las últimas tecnologías, el eje central es la gran cocina de pase dividida en tres partes y rodeada por las mesas que ocupan los clientes, bien distanciadas entre sí. Y un menú degustación que es todo un festival.

Estos días platos invernales pero nada pesados, que mantienen la línea ascendente de estos últimos años. Desde la magnífica crema de cebolla con crujiente de parmesano curado y láminas de trufa negra hasta los guisantes del Maresme con migas de pastor y jamón ibérico o el salmonete de roca con una meuniere de hierbas y su hígado presentado sobre la piel el disfrute está asegurado.

Sigan a los hermanos Torres en televisión y, si pueden, visítenlos en Barcelona.

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