Ugo Chan abrió en 2021 y dos años después ya luce una estrella y está entre los restaurantes madrileños de visita obligada. El mérito es de Hugo Muñoz Marina, cocinero de talento que aplica su experiencia y su notable técnica a una cocina muy personal ... que enlaza Japón con España. Hugo es un espíritu libre, sin ataduras, que marca un camino propio basado en las experiencias que le marcaron como profesional, principalmente en los años que pasó junto a Abraham García, padre de la cocina de fusión en Madrid, y sobre todo junto a Ricardo Sanz, creador de esa cocina mil veces imitada que se ha dado en llamar japo-cañí y formador de discípulos que regentan los más destacados restaurantes japoneses de España. De ambos ha extraído Muñoz Marina lo mejor para definir esa línea tan personal, esa cocina sin límites que se rige por el producto y la temporada. Si pueden, siéntense a comer en la solicitada barra tras la que ejerce y mantengan con él una conversación (cuidado, es de los que le gusta hablar). Comprobarán que está lleno de ideas y que lo que de verdad le motiva son las ganas de divertirse él y divertir al comensal.

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Pese a los llenos diarios, Ugo Chan no es, ni pretende serlo, un restaurante de moda. Lo importante es lo que se come. A la carta o poniéndose en manos de Hugo con un menú de estilo omakase que se adapta a los gustos de cada comensal. Esta segunda opción es la más recomendable, pero tengan cuidado porque la cuenta se dispara con facilidad. Vale lo que cuesta porque la materia prima es de máxima calidad, pero se paga bastante. Platos brillantes que en ocasiones surgen de un equilibrado ejercicio de fusión japonesa, como el usuzukuri de salmonete con bilbaína en frío o unos notables niguiris, y en otras de revisiones de la cocina tradicional. Porque en Ugo Chan hay mucha y buena cocina: las imprescindibles gyozas de callos a la madrileña, lentejas con paloma torcaz al curry, purrusalda con toro y guanciale… En estos dos años, además, Muñoz Marina se ha rodeado de un equipo de categoría, con Leticia Palomo como directora de sala, Marco Brocani como sumiller y Alvar Fernández de Castro como jefe de cocina responsable de las barras de sushi y sashimi. Imaginación, producto, técnica, cocina, equipo. El éxito de Ugo Chan no es cuestión de suerte.

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