Escasea la lamprea

Me dicen que incluso está siendo casi imposible encontrarlas en renombradas casas gallegas a orillas del Miño, el gran río de la lamprea. Allí está la localidad de Arbo, con sus pescos de piedra heredados de los romanos donde se capturan estos peces marinos del jurásico; con su Fiesta anual dedicada a la lamprea (de la que tuve el honor de ser pregonero), y con su nombre aplicado a una receta muy similar a la bordelesa, guisada con su propia sangre, vino y cebolla, y acompañada de arroz blanco y pan frito.

Así es como me la prepararon hace unos días en Burela, un restaurante de cocina gallega que es uno de mis dos lugares favoritos para comerla en la capital (el otro, Sal Negra). Su propietario se lamentaba de la escasez de lampreas, que le impide tenerlas todos los días a diferencia de años anteriores. Esa escasez hace que tampoco elabore esta temporada la estupenda lamprea rellena, un fiambre que se elabora con el pescado seco y ahumado haciendo un rollo con huevos cocidos y verduras y que se acompaña habitualmente con ensaladilla.

Siempre había oído que es en los años con poca agua en los ríos cuando escasean las lampreas. Pero este ha sido abundante en lluvias en Galicia, con caudales fuertes en esos ríos donde se capturan, fundamentalmente el Miño y el Ulla, y tampoco están apareciendo como en otros tiempos. Por tanto la causa debe ser otra. Todavía quedan unas semanas hasta que 'cante el cuco', allá por mediados de abril, que es cuando finaliza su temporada, así que aún hay esperanza de que la situación mejore, pero no pinta bien la cosa.