![La salud del futuro bebé depende también de lo que se cuide... ¡el padre!](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/05/11/salud13-kqB-U200273088623jwF-1200x840@El%20Correo.jpg)
![La salud del futuro bebé depende también de lo que se cuide... ¡el padre!](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/05/11/salud13-kqB-U200273088623jwF-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Lo de marear a las mujeres embarazadas con lo que comen y dejan de comer se va a acabar. Aquí todo el mundo es responsable de la salud del futuro bebé. La madre, sí; y el padre, también. Una nueva investigación ha puesto sobre la mesa nuevas evidencias sobre la manera que influye en el feto el estilo de vida de sus padres, entendidos como tales solo los hombres que han contribuido a la causa. Con las mujeres, no había duda. Ahora con ellos tampoco. Lo que se come, el ejercicio que se practica, incluso el aire que respiran los varones antes de ponerse a procrear. Todo influye en la salud del heredero. Así que, chicos, a cuidarse.
«Si se busca un bebé sano, hay que planificarlo. Hace tiempo que sabemos que la salud de una persona puede mejorarse antes de ser engendrada», afirma el médico nutricionista Javier Aranceta, presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco. La nutrición, el beneficio que para el organismo tiene comer de manera saludable, es algo que comienza seis meses antes de la gestación, según explica el especialista. De eso precisamente va el artículo publicado en la revista digital 'Pediatric investigation'.
La alimentación y el ejercicio que practique un hombre en los seis meses anteriores a ponerse a la búsqueda de un heredero impactan en la futura vida de manera decisiva. Influye la exposición a toxinas y medicamentos, un estilo de vida poco saludable y estar sometido a una carga de estrés excesiva. Todos esos factores, según este trabajo, tienen capacidad para obstaculizar el normal desarrollo del feto y mediatizar su salud cuando sea adulto. ¿Hay razones para que tengan que cuidarse los dos o no?
¡Pues eso! Si le sorprende, siga leyendo, que aún hay más. Este último trabajo, hecho en animales y firmado por el Centro Nacional para la Salud Infantil de Pekín (China), sostiene que la nutrición del padre es «clave» para mantener la salud de las futuras generaciones. Resultan especialmente determinantes el nivel de grasas ingerido, el consumo excesivo de azúcar, y el nivel de proteínas y vitaminas que se consumen. ¿Le suena todo esto, verdad? ¡Exacto!
Carnes procesadas, granos refinados, comidas bajas en fibra, alimentos sobreazucarados, todas esas porquerías que tanto nos gustan en nuestros países occidentales, son las que más castigan la salud de los hijos que no tenemos pero se supone que vamos a tener.
Si a todo ello se unen hábitos tóxicos y tan poco saludables como una actividad física limitada, el consumo de alcohol y tabaco y una vida estresada tenemos el cóctel perfecto para generar unos espermatozoides de la peor calidad (o al menos no de la mejor). Los científicos aseguran que todas estas circunstancias modulan en la descendencia tanto los genes (genotipo) como sus rasgos físicos y comportamiento (fenotipo).
«Los padres no sólo trasmiten al bebé sus genes originales, sino también modificaciones genéticas provocadas por el estilo de vida», recuerda Aranceta. «Para que los bebés nazcan del mejor modo posible necesitamos un kilómetro cero en condiciones», insiste.
Lo ideal es tomarse la alimentación en serio siempre, vayan a tenerse hijos o no. Alimentación, recuerde, es una palabra que incluye dos ideas: dieta y ejercicio. Si se planea tener un hijo, razón de más para comenzar a cuidar los hábitos dietéticos, al menos, seis meses antes de ponerse en faena. Lo dice la ciencia.
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