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El consumo de huevos ha estado durante años rodeado de mitos que nuevos estudios e investigaciones se han ido encargando de enterrar. Un exceso de este alimento tan común en cualquier nevera se relacionaba con un aumento del colesterol. Sin embargo, a día de hoy, ... está considerado un superalimento y, de hecho, se recomienda comer uno al día.
«Son un excelente alimento en todos los sentidos. Como todo en términos de salud, va a depender de cada uno, pero en sujetos sanos, se ha visto que un huevo al día es inocuo para la salud, resultando incluso beneficioso», afirma Natxo Gómez, dietista-nutricionista vizcaíno especializado en nutrición deportiva y clínica.
En concreto, la clara es rica en proteína. De hecho, es la proteína natural «de mayor calidad». Y por otro lado, la yema es rica en grasas saludables, vitamina B12 y vitamina D (tan necesaria en poblaciones con poca exposición solar), y en minerales como el selenio y antioxidantes, por lo que ayudan a prevenir algunas enfermedades. «Es un alimento que nos ayuda a mantener una buena estructura muscular, debido a su aporte proteico. Y beneficioso en múltiples funciones de nuestro metabolismo», explica este experto con consulta presencial en Bilbao (Fisioclinics Nutrición) y con cuenta activa de Instagram (Natxo_gb).
Comer huevos es bueno para la salud cardiovascular porque ayudan a mantener un buen nivel de colesterol bueno (HDL) en sangre, por lo que es recomendable para aquellas personas que necesiten prestar atención a este problema. «Que los huevos son malos para el colesterol es un mito. Viene de un estudio de los años 80, pero se demostró que dichas conclusiones eran erróneas». Según recuerda Gómez, se ha visto que «consumos mayores a siete huevos a la semana no suponen un riesgo para la salud. No influye en el colesterol ni en la salud cardiovascular. Ahora bien, siempre y cuando, no desplacen el consumo de otros alimentos importantes y nuestra alimentación siga siendo variada».
¿Y cómo es mejor comerlos? Es primordial consumirlos cocinados. Nada de comerlos en crudo. En primer lugar, por seguridad alimentaria (intoxicación por salmonella). Y, en segundo lugar, por su mejor digestibilidad. En cuanto a su conservación, ha de ser en lugares refrigerados: «Cuidado con tuppers o platos elaborados hace días».
Y a la hora de cocinarlo, se trata de un alimento muy versátil: en tortilla, cocido, pochado... Y se puede comer en cualquier momento del día. «Será saludable siempre y cuando en su elaboración no abusemos del uso de aceite y evitemos las frituras», advierte Gómez. Eso sí, no quitar la yema.
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