Claves para comer bien en la vuelta a clase

Normaliza los horarios y evita los picoteos. Durante el verano es más frecuente que el patrón dietético sea más desordenado y que piquemos entre horas. La vuelta al cole y al trabajo es una buena oportunidad para fijar horarios e intentar realizar las tomas con más orden.

Organiza la semana, por lo menos de lunes a viernes. La organización es una de las claves para conseguir llevar una alimentación saludable. Sin embargo, con la vuelta a la rutina, el tiempo libre disminuye y en ocasiones puede resultar difícil encontrar tiempo para comprar y cocinar. Esto en muchas ocasiones, lleva a platos menos equilibrados, pedir comida a domicilio o abusar de alimentos menos saludables como frituras o carnes procesadas. Anticiparse es la clave. Para ello, reserva un día de la semana para preparar el menú semanal de comidas y cenas. Una manera sencilla de hacerlo es siguiendo el 'método del plato': asegura que la propuesta de menú incluye siempre una fuente de verduras y hortalizas, una fuente de proteína (carne, huevo, pescado, legumbres o derivados) y una fuente de hidrato de carbono (cereales o tubérculos). Si los más pequeños se quedan en el comedor escolar, tenlo en cuenta para combinar bien los alimentos y evitar los platos repetitivos.

Lácteos y fruta

Una vez elaborado el menú, prepara la lista de la compra. Hacerlo te ayudará a evitar la compra de alimentos innecesarios, además de a ahorrar tiempo en el supermercado y reducir el desperdicio alimentario. No olvides incluir también en la lista los alimentos necesarios para los desayunos, almuerzos y meriendas. Estas tomas diarias, son una buena oportunidad para complementar las tomas principales con otros grupos de alimentos como pueden ser lácteos naturales, fruta fresca y frutos secos, así como, pan o cereales integrales con carnes magras. Son opciones sencillas para llevar al trabajo o al colegio que evitarán acabar comprando otros alimentos menos saludables fuera de casa.

Por último, planifica el cocinado como más te convenga. Si no dispones de mucho tiempo en tu día a día, emplear técnicas como el 'batch cooking' pueden ayudarte, cocinando varias recetas para la semana en una misma mañana o tarde y conservando correctamente los alimentos en el frigorífico o congelador.

No olvidemos que en todas estas tareas se puede involucrar a los más pequeños, pudiendo participar desde en la elaboración de la lista de la compra hasta en el cocinado de los alimentos. Estas actividades fomentarán la educación alimentaria de los niños, favoreciendo la adquisición de hábitos saludables.

Compartir comidas

Aprovecha las comidas y cenas para pasar tiempo en familia. Con la rutina tenemos menos tiempo y es más complicado encontrar momentos para disfrutar en familia. Las comidas principales pueden ser una oportunidad para pasar tiempo con los seres queridos y ponerse al día. Asimismo, es una opción ideal para reducir el uso de pantallas mientras se come y dar ejemplo a los más pequeños para ingerir aquellos alimentos que más les cuesta como verdura o pescado.

Por último, hay que tener en cuenta que otros aspectos de nuestra rutina diaria también afectan a nuestra alimentación y poner orden en ellos es igual de importante. Así que, con la vuelta a la rutina, es importante regularizar los horarios de sueño, asegurando el descanso adecuado adaptado a cada edad. Así mismo, es importante hacer un hueco en nuestro día para la realización de ejercicio físico, esencial para seguir un estilo de vida saludable.