Si busca una buena dieta, apúntese ésta

Hoy le traemos buenísimas noticias. De las mejores que va a leer en tiempo. Con un ínfimo sacrificio y un poquito de fuerza de voluntad –pero poco, no se asuste que no es nada– le aseguramos que el próximo verano lucirá usted el mejor palmito que cabe imaginar. Le va a seguir con la mirada hasta el vigilante de la playa, pero no unos metros: hasta que desaparezca en el horizonte. Va a ser usted la envidia de la cuadrilla y el orgullo de su espejo, ese en el que se echa el último vistazo cada vez que sale por la puerta de casa. Esos tres o cuatro kilos de más que ha ganado entre navidades, carnavales y demás excusas se los va a quitar usted en un abrir y cerrar de ojos con la mejor dieta depurativa del verano, la que a partir de este momento conoceremos como la dieta del mínimo esfuerzo.

Ojo, que mínimo no significa ninguno. Pero le va a resultar tan fácil, que no sólo ganará en salud, sino que va a ir acostumbrándose a una nueva forma de alimentarse y de vivir que su cuerpo agradecerá para siempre. Lo promete el médico endocrinólogo y nutricionista Alberto Olaizola, de la red IMQ, que ha elaborado para Jantour esta propuesta.

«El principal objetivo de nuestra dieta ha de ser normalizar o sanear un poquito nuestros hábitos de vida», reflexiona el especialista. Olvídese de dietas purgativas, depurativas, magistrales... incluso de gimnasios. «Le permitirán perder 3, 4 ó 5 kilos, pero serán pan para hoy y hambre para mañana». La propuesta de Olaizola comienza con un poco de ejercicio... ¡Que no, de verdad, que no se necesita chándal! Venga, haga caso y tome nota.

1. Actividad física fácil. El primer paso que debemos dar para llegar con una mejor pinta al verano consiste en la regularización de los hábitos físicos. Ni siquiera hace falta que se haga usted una tabla de ejercicios cada día. Basta con que comencemos por recuperar acciones perdidas por la comodidad que nos ha dado la tecnología. Evite las escaleras mecánicas, deje de utilizar el ascensor y suba a pie, bájese en la parada de metro o autobús anterior a la suya... Lleve la compra a casa y cargue con ese peso en lugar de utilizar el coche o el servicio a domicilio del supermercado. Todo, absolutamente todo lo que se le ocurra, cuenta. Inténtelo.

2. Verduras, hortalizas y legumbres. Este pequeño gesto con el ejercicio le hará sentirse mejor y le motivará para subir un nuevo peldaño en la búsqueda de su objetivo: comer mejor. Los tres grupos de alimentos que deben presidir su alimentación son los que encabezan este epígrafe. Como principales fuentes proteicas recurra al pollo y los huevos. ¡Ah, y algo fundamental!: huya de toda comida preparada o precocinada. Los platos, cuanto más sencillos y más limpios, más sanos serán.

3. No se pase con la fruta. ¿Le ha sorprendido este consejo, verdad? Lo esperábamos. No la elimine de su alimentación, pero sepa que el consumo abusivo de fruta engorda. Con dos piezas al día, suficiente. Cómala entera, mejor que en forma de zumos, que la mayoría de las vitaminas están en la pulpa y, en el caso de naranjas y mandarinas, también en ese pellejo que las envuelve y está justo bajo la piel. Esa segunda capa de los cítricos aporta, de hecho, una buena cantidad de fibra de calidad, maravillosa para el intestino y como protector antiestreñimiento. Da igual kiwi que plátano o melocotón. Toda fruta es fantástica, no hay por qué estigmatizar a ninguna ni ennoblecer a las que llegan de Honolulú. ¿Por qué?

4. Organice su menú como si se tratara de un plato llano. Divídalo en cuatro sectores. La mitad de ellos debe estar ocupado por verduras, hortalizas y legumbres. ¿El aguacate se incluye ahí? «Sí, también». El tercer cuarto lo ocuparán las proteínas y el último, los hidratos de carbono. Es una buena forma de organizar su alimentación diaria, la mejor.

5. ¿Pan? También, mejor integral, como el arroz y los cereales.

Llegará así mejor al verano y estará listo para una vida más saludable. Volvemos dentro de una semana. ¡Feliz dieta!

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• Saludable (Fermín Apezteguía)