Los alimentos ultraprocesados matan

Dicho de otro modo: comer mal se paga con una menor esperanza de vida. Pero mucho menor, un 10%, incluso más. Desde Oceanía nos ha llegado otro trabajo que concluye que este tipo de productos son «la clave» del aumento de la obesidad, un problema de salud directamente relacionado con las enfermedades que más matan en Occidente. Limpio, hay que comer limpio.

¿Qué significa eso? ¡Pues como lo hacían nuestras abuelas, como nos enseñaron nuestras madres y como ha sido toda la vida! Limpio significa producto natural, de cercanía, que no llegue directamente de Tombuctú a tu mesa; que permita al comensal saber qué se está metiendo por la boca. Un producto que se elabore sin azúcares refinados y que contenga el menor número posible de conservantes, edulcorantes y todo tipo de 'palabrantes'. En definitiva, que sea fresco, natural y de temporada.

Según la clasificación NOVA, que los categoriza en función de su procesado, un alimento ultraprocesado es aquel que se elabora sin productos frescos o que puedan ser identificados como tales en su presentación final. Pensemos en mucha carne picada que se vende en grandes superficies, hamburguesas, pizzas, bollería industrial... Como suele decir el médico nutricionista Javier Aranceta, colaborador habitual de esta sección, cuanta más larga sea la lista de ingredientes de un producto, peor. Más ultraprocesado es. La leche de vaca sólo contiene un producto: leche; y la carne de cerdo otro: carne de cerdo.

No hay más secreto. Pues bien, la revista oficial de la Sociedad Americana de Medicina Preventiva, 'American Journal of Preventive Medicine' ha publicado esta semana un estudio publicado en Brasil, con datos de 2019, que encontró que el mayor consumo de ultraprocesados se asoció con el 10,5% de las muertes prematuras prevenibles; y hasta el 21,8% (¡casi nada!) de las relacionadas con enfermedades crónicas prevenibles. El informe pone especial énfasis en que el trabajo se ha hecho en Brasil, donde se consume muchísimo menos ultraprocesado que en los países más ricos, como el nuestro.

Hasta ahora se había estudiado la carga económica y de salud de ingredientes 'críticos' como el azúcar, la sal, las grasas 'trans' (que son las peores, las que se producen al convertir aceites líquidos en grasa sólidas, como la manteca y la margarina), y de alimentos y bebidas específicas. Pero el estudio del Centro de Investigación Epidemiológica en Nutrición y Salud de Sao Paulo es el primero que ha medido el impacto de los ultraprocesados en las muertes prematuras.

La otra mala noticia (o buena, según se mire...) llega, como decía, de Australia. El centro Charles Perkins ha analizado los hábitos alimentarios de casi 10.000 paisanos y ha visto dos cosas. Una: los alimentos altamente procesados y refinados son los principales causantes de la epidemia de obesidad que sufre Occidente, por encima incluso de la falta de ejercicio. Y dos: la ingesta de comida chatarra, baja en proteínas, obliga a las personas a tener que consumir alimentos más densos en energía. Los que más engordan. Hay que comer, según recuerdan, más proteína. Leche, pescado, carne y huevos...

Hace unos años, en 2013, otro estudio demostró que la comida basura es deprimente. Pizzas y hamburguesas de baja calidad incrementan el 51% el riesgo de sufrir depresión. ¡Cómo para no! ¡Y ahora encima matan...! Lo dicho, mejor quedarse con un poco de hambre de poco y bueno, que saciarse con mucho y malo.