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Con fruta, café, chocolate y vino se anda el camino. Sé que muchos médicos me crucificarán por este artículo y que otros tantos dirán algo así como 'pero si ya se sabía...'. No importa. Mi obligación como periodista es informar. Por mucho que cada vez más sociedades científicas avalen el consumo cero de vino por inductor y responsable de uno de los problemas más serios de nuestra población: el alcoholismo.
Y también por mucho que otros tantos se amparen en la ciencia para hacer valer su condición de cardiosaludable, tomado con conocimiento y moderación. Al lío: una investigación firmada por una institución pública de Brasil determina que una dieta que incluya el consumo moderado y regular de estos cuatro productos protege nada menos que en un 23% frente al llamado síndrome metabólico. En resumidas cuentas, previene contra la diabetes y los fallos cardiacos. ¡Casi nada!
La cosa del vino levanta ampollas en nuestro país, y si no que se lo pregunten a la ministra Elena Salgado, que se propuso regular su consumo como había hecho con el tabaco y la premiaron con el Ministerio de Administraciones Públicas. Se acabó la controversia. Durante un tiempo; porque el Consejo de Ministros acaba de aprobar esta misma semana el Proyecto de Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas; y el sector está de dientes. Pero bueno, ése es otro tema.
La investigación de la que quería hablarles lleva el sello de una institución pública, la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paolo (Brasil), y se publica en una de las revistas científicas más relevantes del ámbito de la nutrición, 'Journal of Nutrition'. Más de 6.300 voluntarios participaron en el trabajo, que llega a la conclusión de que los polifenoles presentes en frutas y verduras como las uvas, las fresas, naranjas, el açai (una baya típica de la Amazonía brasileña) y también en el chocolate, el vino y el café, protegen contra las anomalías metabólicas que favorecen la patología cardiovascular.
El trabajo –que como digo cifra en un 23% el beneficio obtenido– tiene a su favor que se ha realizado con la muestra de población más grande hasta la fecha durante el periodo de tiempo más largo jamás analizado en un estudio de este tipo, ocho años. «Nuestros resultados –asegura la investigadora Isabela Benseñor, coautora del informe– no dejan lugar a dudas:las dietas ricas en polifenoles pueden ser una estrategia valiosa para reducir el riesgo de enfermedad cardiometabólica».
De los 6.378 participantes analizados, 2.031 desarrollaron síndrome metabólico, que se diagnostica cuando están presentes al menos tres de las siguientes condiciones: obesidad abdominal, presión arterial alta, niveles altos de azúcar en sangre (hiperglucemia) y triglicéridos y lípidos (grasas) altos. Los investigadores descubrieron que el consumo de un nivel alto de polifenoles (469 miligramos por día) redujo en ese 23% el riesgo de patología.
Los polifenoles son unas sustancias presentes en los alimentos que están consideradas como las moléculas con mayor potencial antioxidante, es decir, el mejor producto natural frente al envejecimiento. Los científicos ha investigado y catalogado más de 8.000, pero los más conocidos y estudiados son los que están presentes en el café y el vino (llamados fenólicos), los de las frutas en general, alubias y chocolate (flavonoides) y los de la uva roja y el vino tinto (estilbenos).
El asunto es que el alcoholismo es un drama. El alcohol, no lo olvidemos, es la heroína de la juventud actual. Los defensores de su consumo recomiendan que no se tomen más de dos vinos al día con las comidas. Uno si se es mujer y ninguno si no se está habituado. Para vivir, usemos la cabeza. Feliz semana.
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