Kirk Douglas en la cocina de la sociedad gastronómica Gaztelubide (Kutxateka.eus).

El día que Kirk Douglas cocinó merluza en Donostia

Historias de tripasais ·

El célebre actor, que este lunes cumple 103 años, aprovechó en 1958 su paso por el Festival de Cine de San Sebastián para meterse en la cocina

Ana Vega Pérez de Arlucea

Lunes, 9 de diciembre 2019, 17:32

Habrá quien se sorprenda de saber que aún sigue vivo, pero así es. El mítico actor de Hollywood Kirk Douglas nació el 9 de diciembre de un muy lejano año 1916 y acaba de cumplir unos sorprendentes 103 otoños. Bautizado como Issur Danielovitch Demsky, este ... neoyorkino de origen ruso comenzó a trabajar en cine en 1946 y pronto se convirtió en una de las mayores estrellas de la industria cinematográfica estadounidense. 'Senderos de gloria', 'Espartaco', 'El loco del pelo rojo' o 'Los vikingos' son algunas de sus películas más conocidas, y precisamente para presentar ese último film estuvo Kirk Douglas en Donostia en julio de 1958.

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Se celebraba entonces la sexta edición del Festival de Cine Internacional de San Sebastián, una de las más recordadas gracias a la visita de Douglas o Hitchcock y en la que compartieron el premio al mejor actor nuestro protagonista de hoy, por 'Los vikingos', y James Stewart por 'Vértigo'. Kirk Douglas enamoró al público donostiarra por su interpretación pero sobre todo por su sencillez y simpatía.

Paseó por la ciudad firmando autógrafos, se bañó en la playa, bailó y cocinó merluza, todo en una breve visita que comenzó el viernes 18 de julio de 1958 en el aeropuerto de Biarritz. El actor estadounidense aterrizó allí procedente de Londres y, tal y como contaba 'El Diario Vasco' al día siguiente, al llegar a la capital guipuzcoana se declaró impresionado por la belleza del paisaje vasco y la cálida acogida de los donostiarras.

Anuncio de la proyección de la película 'Los vikingos' (El Diario Vasco, 19 de julio de 1958).

'Los vikingos', película de United Artists dirigida por Richard Fleischer, iba a inaugurar el festival al día siguiente. Pero para empezar la visita con buen pie y antes de comenzar el apretado calendario de eventos oficiales se invitó a Douglas y a todos sus acompañantes a una cena en la sociedad gastronómica Gaztelubide. A ella asistieron el alcalde donostiarra Antonio Vega de Seoane -socio de Gaztelubide-, el director del festival de cine Antonio Zulueta, el presidente de la diputación, el gobernador militar, el delegado provincial de Información y Turismo y otras autoridades además de los representantes de la productora. Hubo canciones, hubo bailes típicos y cocina tradicional vasca. Pese a que las crónicas de prensa no llegaron a detallar el menú («tengo buen apetito y la cocina de este país tiene fama mundial», dijo Douglas en una entrevista), podemos aventurar que incluyó merluza frita.

Gorro y delantal

Al menos eso es lo que parece que está preparando Douglas en unas maravillosas fotografías que, mal tituladas —en una pone «hombre vestido de cocinero en un encuentro gastronómico»—, encontré hace un par de años en la colección de Kutxateka. En las imágenes, el actor sale ataviado con gorro de cocinero y delantal, preparado para pasar un pescado por harina y huevo y aliñarlo después con el líquido contenido en dos botellas. Detrás de él se ven una cafetera y un aparador, y alrededor, asistentes alborozados ante el espectáculo de ver a semejante estrella del cine intentar hacer pinitos gastronómicos a la vasca.

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El alcalde de San Sebastián manifestó después que Kirk Douglas «le había expresado su satisfacción por cuanto había visto durante la cena, poniendo de relieve la virilidad y armonía de las danzas vascas y la agilidad y arte de los dantzaris, así como el buen gusto de los cantantes». Por si no fuera poco con haberse metido en la cocina, el artista dio muestra de su famosa agilidad física emulando a los bailarines: «pidió un vaso y lo puso en el centro de la sociedad, bailando el suletino con mucho estilo y logrando poner los dos pies sobre el diminuto vaso sin derramar una sola gota de líquido. Su intervención fue acogida con grandes aplausos ya que no solamente significó una delicadeza por su parte y un reconocimiento a las atenciones ofrecidas en su honor, sino también una demostración de sus conocimientos de la danza». Lástima que no se contara nada sobre sus dotes para la cocina.

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