Borrar
Los torreones son el elemento característico del castillo de Villafranca.
Románico, miel y peregrinos en El Bierzo

Románico, miel y peregrinos en El Bierzo

Aldeas con encanto, iglesias románicas, viñedos y una gastronomía adecuada para resistir al invierno en la ruta entre Corullón y Villafranca

elena sierra

Viernes, 25 de octubre 2019, 13:34

Milflores, brezo, tomillo, eucalipto, romero, cerezo, castaño, encina, colza, acacia, lavanda... La miel puede ser de muchos sabores. Y en un rincón del Bierzo, en León, presumen de producir la de cerezo y castaño sin tener nada que envidiarle a la que se hace en Extremadura; pues sí, ya se sabe que la miel de Extremadura es muy famosa y que entre los cerezos, los del Jerte son famosísimos. Si las abejitas liban de las flores del cerezo y además de la de los castaños, sale una miel muy muy curiosa, sabrosa. Allí abajo está la gran producción de este tipo de miel, pero resulta que en el Bierzo, en Corullón para más señas, no le van a la zaga. Allí hay cerezas, allí hay castaños (viejísimos, no hay más que ver sus troncos gruesos, retorcidos y abiertos, como casas de duendes) y allí hay abejas trabajadoras. Y así nace la miel.

El Bierzo (León)

  • Cómo llegar La comarca se encuentra a 140 kilómetros de la ciudad de León

  • Webs www.turismoleon.org

En Corullón hay otras cosas. Por haber hay hasta castillo, y ni más ni menos que tres iglesias románicas. Este trío no tendría nada de raro si habláramos de un pueblo –o varios potentes, bien grandes, pero es que Corullón (como municipio incluye los pueblines de Cadafresnas, Dragonte, Hornija, Horta, Melezna, Viariz, Villagroy y el propio Corullón) no llega a mil habitantes en total y por mucha gente que viviera aquí hace años, no era mucha más. Y aun así, lo dicho: tres eran tres las iglesias románicas, y lo siguen siendo.

La de San Miguel está en un altillo sobre la carretera y tiene una fachada impresionante, más allá de la puerta principal con sus columnas y capiteles decorados. Sobre ella hay cuatro arcos ciegos que tampoco se quejan de sencillos y otras dos ventanas bien bonitas en la misma fachada, aparte de una torre cuadrada en un extremo. Es imposible pasarse de largo esta iglesita, porque es una joya brillante en el camino.

Casonas y albergues

Si esta es del siglo XII, la de San Esteban, en el otro lado del pueblo, es incluso anterior, del XI. Rodeada de casitas, reluce menos pero merece la visita, y rebuscar en la puerta las figuritas. Estos dos templos están declarados monumento nacional; no así la de San Pedro, que no ha resistido igual que las otras el paso del tiempo y ha ido perdiendo casi todas sus características románicas. Pero acercarse hasta ella, en la parte alta de Corullón, es la excusa para acercarse después al castillo, con unas buenas vistas sobre el río Burbia... y tan buenas que desde aquí controlaban los habitantes todo lo que pasaba en el Bierzo Bajo.

Siguiendo el curso del Burbia, a la contra, se va en dirección a Villafranca del Bierzo, la que fue la capital de la comarca hasta que pasó a serlo Ponferrada. Por el camino hay tiempo para ver alguna construcción típica, los terrenos en los que los árboles frutales se preparan para dar lo mejor y alguna otra iglesia con historia. Ya en Villafranca, el patrimonio es grande: desde el castillo en la parte alta (en el que no se puede entrar pero que impresiona por sus torreones redondos, menudos muros) hasta la colegiata de Santa María de Clunia, situada en la zona baja, se va pasando por callecitas con casonas de piedra y colores, algunos templos y muchos, muchos albergues de peregrinos.

Patrimonio

La calle del Agua es un espectáculo, de día y de noche, porque pese al abandono de muchos edificios hay ahí más patrimonio reunido que en todo el perímetro de muchas localidades más grandes. Se acaba casi en el río, bajo un viaducto chiquito que debió de ser en su tiempo toda una obra de ingeniería y de aprovechamiento del (poco) espacio existente para que entraran y salieran los coches.

El paseo por Villafranca tiene que llegar a la Plaza Mayor, atravesada por la calle principal pero repleta de peregrinos que hacen un alto camino de Santiago de Compostela y de locales en los que disfrutar de los productos de la zona, incluido, claro, del botillo y el vino del Bierzo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Románico, miel y peregrinos en El Bierzo