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Hay algunos avispados consumidores que ya lo sabían antes de que la cooperativa de Armadores de Punta del Moral (Ayamonte, Huelva) viniera a contarlo al mercado de La Ribera la semana pasada: los mariscos que los 48 pesqueros capturan casi cada día en aquella zona ( ... las gambas blancas y rojas, las cigalas) pueden llegar frescos frescos a cualquier mesa del norte, al día siguiente. Es decir, que no es necesario esperar a estar de vacaciones en la zona para degustar, por ejemplo, unas gambas blancas de tamaño mediano de intenso sabor y calidad de primera, que han sido capturadas cumpliendo toda la normativa en cuanto al tamaño y la reducción del impacto de esta actividad en el medio marino.
Solo hay que comprarlas en la web y se envían en cajas de polispán. Un dato curioso: el hielo no toca el marisco en ningún momento; esto es importante porque si vinieran envueltas en hielo picado, como se suele ver por ahí, se correría el riesgo de que el producto se quemara, se estropeara. No es el caso, lo que hace posible que las gambas mantengan su color y su textura.
Además, como los Armadores de Punta del Moral no congelan el género, solo refrigeran, la frescura está garantizada, y eso significa que pueden congelarse en casa o en el local de hostelería, que para ambos tipos de clientes venden en la web. Por esta misma razón, y si los barcos no pueden salir de puerto, puede ocurrir que un día no haya producto a la venta; eso, de nuevo, remite a la frescura. Imposible tirar del stock congelado porque no lo hay.
Toda esta información sobre un marisco que empieza a subir su precio ahora de cara a Navidades es la que solo conocían algunos, entre ellos algunos de los invitados a dos showcookings organizados en Bilbao por el sello Lonja de Ayamonte la semana pasada. La entidad actúa como una herramienta de diferenciación que distingue los productos pesqueros de los Armadores de Punta del Moral que forman parte de la OPP80, en particular de los pescados y mariscos frescos procedentes de la pesca del litoral con mareas de un máximo de cuatro días.
Entre los principales objetivos de este sello se encuentra potenciar el consumo responsable de los productos pesqueros locales, facilitando al consumidor su identificación respecto a otros. El origen es importante, subrayan el presidente y el gerente de la cooperativa, Alonso Abreu y Pedro Luis Casado, que juegan esta baza para poder abrir mercado más allá de la Costa del Sol y de Madrid, los habituales hasta ahora.
«Es un producto único, de un sabor intenso, del que se puede seguir su trazabilidad y que se vende directamente de los armadores, sin intermediarios». Cuando el año pasado abrieron su tienda online se dieron «cuenta de la buena aceptación en País Vasco y Navarra». Dan fe los que ya son sus clientes, enganchados a unas gambas blancas que no necesitan ni un minuto de cocción ni plancha para estar listas. Como dice Mikel Población, socio de Fernando Canales en el restaurante Etxanobe e invitado al evento, «tienen un sabor espectacular».
Las gambas están disponibles todo el año, pero tienen sus ciclos. Cuando la bacaladilla, su depredador, alcanza su apogeo en primavera, la captura se reduce. «Ha habido días de coger solo 250 kilos. A estas alturas del año no hay problema y pueden llegar a lonja 3.500». La mediana es perfecta para comerla sola y la más pequeña –en febrero hay mucha, más barata– es ideal para elaborar otros platos. Septiembre también es un mes de precios bajos en un mercado que fluctúa.
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