Dos cocineros vizcaínos entre los 100 mejores del mundo

Atxa, que atesora hasta 5 Estrellas Michelín en su palmarés y cuenta con el Azurmendi, en Larrabetzu, como su gran templo culinario, ocupa el puesto 26 (desciende desde el 18 en comparación con el listado de 2022). Por su parte, el Asador Etxebarri, que regenta Arginzoniz en Axpe, es uno de los mejores restaurantes del mundo y allí, sobre todo con su parrilla, ofrece una sinfonía de sabores que le ha llevado a ser condecorado con una Estrella Michelín. Aguinzoniz figura en la posición 51 -baja desde la 19 con respecto al año pasado-.

Entre los 100 primeros hay hasta 14 maestros de la cocina españoles, entre los que está el valenciano Quique Dacosta. Son los siguientes: Dabiz Muñoz (1º), Albert Adrià (2º), Andoni Luis Aduriz (5º), Joan Roca (8º), Ángel León (13º), Javier & Sergio Torres (20º), Eneko Atxa (26º), Quique Dacosta (30º), Diego Guerrero (42º), Paolo Casagrande (48º), Bittor Arguinzoniz (51º), Paco Roncero (60º), Paco Morales (82º), Fina Puigdevall & Martina Puigvert (91º).

Atxa hace años que se ganó los galones de ilustre de la cocina vasca. Reina en Larrabetzu con una sabia adaptación de los sabores autóctonos a los tiempos que corren gracias a una imaginación desbordante que, sin embargo, nunca se aleja demasiado de los sabores apegados a la tierra. En primavera abrió NKO en el hotel Radisson, situado en la Gran Vía de Bilbao. En su nuevo restaurante, Eneko Atxa, enamorado de la culinaria nipona y de sus ritos, asalta a los comensales con una cocina fusión vasco japonesa. Su menú degustación, de once platos, cuesta 69 euros, bebidas no incluidas.

Las brasas son el corazón del Asador Etxebarri, donde Víctor Arguinzóniz (Axpe, 1960) ha logrado elevar al máximo nivel de la excelencia la técnica culinaria más antigua del mundo. «El fuego es vida», confiesa este mago de la parrilla, que en sus años mozos soñaba con ser pelotari y que un día, por fortuna, se hizo cargo del antiguo bar de su pueblo para dar comidas tras pasar diez años trabajando en una fábrica de celusosa. Este chef autodidacta ha convertido su local a los pies del Amboto en un lugar de peregrinación calificado como el tercer mejor restaurante del mundo para The World's 50 Best Restaurants, el ranking más prestigioso del universo culinario.