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Jesús Lens
Viernes, 27 de diciembre 2024, 20:34
El salmón es símbolo de individualidad y fuerte personalidad, al nadar contra la corriente de los ríos para llegar a desovar al mismo lugar de su nacimiento. Ese empecinamiento los hace osados, al no dejarse llevar por la corriente fácil y favorable.
En la mitología celta, el sabroso, sano y nutritivo salmón desempeña un papel muy destacado, que llegó a alcanzar el don de la sabiduría, ahí es nada. Es lo que tiene zamparse las avellanas que cayeron al agua de la Fuente de la Sabiduría, que no sólo adquieres todo el conocimiento del mundo, sino que el humano que diese con el codiciado salmón y se lo comiera, sería igual de sabio. No es de extrañar que se convirtiera el pieza codiciada para los irlandeses, que tienen pasión por la pesca del salmón.
Habría que tomarlo por prescripción facultativa de forma regular y continua. El salmón es un alimento tan rico, en todos los sentidos de la expresión, que no debe faltar en ninguna dieta que se precie.
Se trata de un pescado azul –a pesar de su vivo color naranja– que contiene una gran cantidad de Omega 3, ese ácido graso del bueno. También aporta Omega 6 y, por tanto, es cardiosaludable, gran aliado del corazón y del conjunto del sistema circulatorio. Recordemos que nuestro cuerpo no puede producir el Omega 3 por sí solo y que es necesario tomar alimentos ricos en esa modalidad de grasa si no queremos vernos obligados a recurrir a suplementos químicos.
Entre las vitaminas que el salmón aporta están la A y la D, por lo que favorece el crecimiento, fortalecimiento y restauración de tejidos, sistema nervioso y hasta de los huesos. Que sume potasio y fósforo también contribuye a todo lo explicado hasta aquí. Pero además, es especialmente rico en proteínas de alto valor biológico por lo que se trata de un alimento idóneo para deportistas y personas que vayan a hacer ejercicio más o menos intenso. Para eso, para convertir el alimento en energía, el yodo también suma mucho.
Un pero, eso sí: como todos los pescados azules, el salmón es rico en purinas y eso hace que incremente los niveles de ácido úrico. ¡Ojo, gente con propensión a la gota! Y por cuanto a las calorías, suma 180 por cada 100 gramos. Hay que animarse, pues, a sudarlo después de ingerirlo haciendo deporte, complemento idóneo para un alimento extraordinario.
Además de ser y estar bien bueno, el salmón se puede preparar (casi) de cualquier manera. Al horno, a la plancha, frito, ahumado… Y funciona tanto si es el ingrediente principal como si es el actor secundario o de reparto del plato. Al horno, con verduras, aporta todas sus propiedades sin menoscabo. A la plancha, apenas con aceite, sal y, si gustan, hierbas aromáticas como el eneldo o albahaca, también es sano y natural. Importante, eso sí, que la sartén esté muy caliente para que sea nada más que vuelta y vuelta. En tartar es igualmente muy sabroso.
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