Remojón, ensalada contra la gripe

Es de origen árabe y, en sus orígenes más lejanos, se trataba de echarle aceite de oliva a la naranja, aderezándola con un poquito de sal o de azúcar, dependiendo de si el comensal era más 'salado' o dulcero. A partir de ahí admite muchas variantes, pero el tradicional remojón se basa en la naranja y el bacalao.

Dado que ambos ingredientes aportan muchas y muy variadas vitaminas, esta ensalada de invierno es ideal para fortalecer el cuerpo, insuflar energía y ayudar a combatir los estragos de la gripe y esos virus tan habituales en estas fechas. Sobre todo la vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico y de la que las naranjas pueden presumir sin rubor. En este punto, y aunque el zumo de naranja para el desayuno es un clásico que, en bares y cafeterías, es sinónimo de lujo, riqueza y casi ostentación, recordemos que las propiedades de esta fruta aplican más cuando se toman sus gajos al natural. Es la mejor forma de que la mucha fibra que también aportan se asimile correctamente. Además de ser cardiosaludable, protege huesos y dientes.

Por cuanto al bacalao, además de ese imprescindible Omega 3 que tan necesario es para nuestro organismo; se caracteriza por tener gran porcentaje de proteínas de alto valor biológico y apenas suma grasas. Es un bocado estupendo, por tanto, para personas que hacen deporte y/o para ayudar en las dietas de adelgazamiento. Y aporta tanto potasio como fósforo, lo que hace de este alimento fiel aliado del sistema nervioso y cuidador del cerebro, además de que también resulta bueno para el corazón y el sistema circulatorio.

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, remojón tiene dos acepciones. La primera, mojadura, a secas. La segunda, «pedazo de pan rociado con aceite y vinagre», claro antecedente del gazpacho. ¡Lo que nos gusta el mojeteo!

Ampliar

Receta tradicional y variantes

Dos naranjas grandes o cuatro pequeñas, a la hora de preparar remojón para cuatro comensales. Las pelamos y cortamos en rodajas quitándoles la parte blanca. 250 gramos de bacalao, del desalado y desmigado, para hacerlo fácil, que saltearemos con aceite de oliva. Dos huevos que coceremos al estilo tradicional y cortaremos en cuatro trozos cada uno, media cebolla que podemos cortar en forma de aro y aceitunas negras que cortaremos por la mitad. Se salpimenta al gusto y se le añade otro buen y generoso chorreón de aceite de oliva virgen extra.

A partir de la receta clásica, hay comarcas donde se añaden ingredientes de temporada. En la zona de Frailes añaden un poquito de pan de higo y el fruto de una granada, quitando la cebolla. En la comarca de El Valle de Lecrín granadino añaden tomates secos y un refrito de ajos, pimentón dulce y vinagre. Y en Almería, el remojón es completamente diferente, que se hace con pepino y agua, aceite, vinagre y sal. Y es que en la variedad está el gusto. Hasta panceta le añaden algunos heterodoxos.