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Jesús Lens
Viernes, 8 de marzo 2024, 19:39
Hasta el nombre suena a pobreza. A tiempos, si no oscuros, sí grises y cenicientos. Algarroba. Comida de posguerra, película en blanco y negro. El antiglamour por excelencia, o sea. Y, sin embargo, hoy se la considera todo un superalimento. ¡Cómo cambia la historia!
Hablamos de una legumbre extremadamente nutritiva y que resulta muy versátil en cocina, además de estar muy extendida por toda el área mediterránea. Efectivamente, durante mucho tiempo constituyó el alimento del ganado, al que se nutría con este producto. Para consumo humano, se utiliza generalmente para hacer harinas con las que preparar dulces y que, máxima atención, pueden consumir las personas celíacas al no contener gluten.
Paradójicamente, la algarroba rebaja los niveles de glucosa en sangre y sirve para regular el sistema cardiovascular, lo que resultará una gran noticia para los amantes del dulce. Además, aporta muy pocas calorías al cuerpo, apenas 13 kcal por cada 100 gramos y un exiguo 0,1 gramos de grasa. Si a ello le sumamos que esta legumbre es rica en fibra y, por tanto, combate el estreñimiento al regular el tránsito intestinal; miel sobre hojuelas.
La algarroba también es aliada del sistema inmune y puede presumir de atesorar propiedades que combaten el cansancio, por lo que es buena para deportistas y personas que hacen actividad física en su día a día, además de reducir las inflamaciones. Su sabor es fuerte, además de teñir de oscuro cualquier plato que hagamos con ella, por lo que conviene usarla de forma gradual para acostumbrar el paladar.
Viene de la antigua Persia y el nombre hace referencia a 'quijada de burro'. El árbol que da este fruto, el algarrobo, tiene gran importancia simbólica en culturas prehispánicas como la Inca: no solo daba sombra a personas y animales durante los tórridos días de verano sino que era feraz y rico, proveyendo de un alimento muy bien considerado, casi un maná. De hecho, mientras que otras plantas tenían su propio nombre, al algarrobo le conocían sencillamente como 'el árbol'. El auténtico árbol de la abundancia.
En la mítica serie 'Curro Jiménez', carne de reposiciones televisivas cada verano, Álvaro de Luna interpretaba al Algarrobo, un bandolero tan fuerte y bruto como noble y de gran corazón. ¡Lo mismo que la legumbre!
Como superalimento que se la considera, con todas las prevenciones que saben que tenemos hacia esas etiquetas, hay quien la toma crudas, sobre todo en prácticas de dietas crudiveganas. Y como sustitutivo del ColaCao, se vende polvo tostado de algarroba que se puede añadir a la leche y a otros líquidos calientes. Es, por tanto, muy habitual que se utilice para ligar salsas. Pero lo más normal es usarla en forma de harina para hacer bollos, tartas, bizcochos, cremas y otros dulces como sustitutivo del chocolate y del cacao, de ahí lo de 'chocolate de los pobres'.
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