Consejos para recoger setas

Creencias sobre las setas que te pueden dar un disgusto

Falsos mitos sobre las setas y lo que no hay que hacer tras recolectarlas

B. V .

Miércoles, 13 de octubre 2021, 13:59

La temporada de recogida de setas ya ha comenzado. Algunas personas recolectan este alimento sin conocimiento, es decir, sin saber cuáles puede ser peligrosas. Aquí unos cuantos consejos sobre las falsas creencias que te pueden dar más de un disgusto. Los productores o recolectores que ... las comercializan tienen la obligación de respetar las normas de seguridad alimentaria que aseguran la inocuidad del producto.

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Falsas creencias sobre la recogida de setas

- Las venenosas pierden su toxicidad hirviéndolas o cocinándolas. Hay toxinas muy peligrosas que aguantan el tratamiento térmico.

-Si las cocinamos con un objeto de plata o con ajo o con cebolla y estos se ennegrecen, son tóxicas. Esta reacción se debe a compuestos azufrados y no a las toxinas. Así Cantharellus cibarius (conocido como «rebozuelo») es comestible y ennegrece la plata y, sin embargo, Amanita phalloides, que puede ser mortal, no lo hace.

-Las que crecen sobre la madera son comestibles. Alguna de ellas, como Galerina marginata, puede ser mortal y crece en la madera.

-Si cambian de color al tocarlas o cortarlas, son venenosas. Algunas setas comestibles, como Lactarius deliciosus (el popular «níscalo» o «robellón»), cambian de color cuando los manipulamos. Por el contrario, Amanita phalloides no cambia de color.

-Las consumidas por caracoles o por otros animales no son venenosas. No sabemos si han muerto o morirán tras consumirlas y, además, algunas pueden ser inofensivas para ellos pero no para nosotros.

-Las que tienen buen olor o sabor son comestibles. Amanita phalloides, por ejemplo, que puede ser mortal, tiene un sabor agradable.

-Las que tienen anillo y volva son siempre tóxicas. Algunas de ellas, como Amanita caesarea, presenta estas dos características y es una de las setas comestibles más apreciadas.

-Las que crecen en prados, zonas soleadas y arenosas son comestibles y las que crecen en zonas sombrías o fangosas son tóxicas. Varias especies del género Clitocybe, tóxicas, crecen en prados.

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