Aingeru Etxebarria: «Me pidieron cocinar para la familia real saudí, pero no hubo acuerdo»

Aquellos embriagadores aromas a salsa –la vizcaína, la americana, daba igual...– que viajaban desde la cocina de casa hasta su cuarto despertaron en el pequeño Aingeru el interés y la pasión por la gastronomía, que ha vivido desde casi todos los ángulos posibles.

Primero, educando su paladar en esas visitas a restaurantes «de los buenos» que tanto disfrutaba con sus aitas. Después, durante su etapa de aprendizaje en distintos restaurantes y escuelas de hostelería de toda la geografía española. Y por último, al frente de sus propios negocios.

Aingeru Etxebarria, getxotarra de 46 años, entendió un día que se le daba bien cocinar, pero más aún explicar cómo lo hacía. Sucedió cuando aprendía el oficio en la escuela de Karlos Arguiñano, en Zarautz. «Me gustó mucho la forma de enseñar que tenían allí, esa pasión que le ponían», recuerda.

Y se terminó de convencer de que podía hacer lo mismo en los años en que regentaba el restaurante 'La Bilbaína', un recoleto local «con cuatro mesitas» en la confluencia de Pozas con General Concha. «Un cliente que venía todos los días me propuso montar un curso de cocina», rememora.

Ahí, hace doce o trece años, empezó a desarrollar una faceta profesional que le ha reportado reconocimiento mucho más allá de las fronteras de Bilbao. Porque no cualquiera es reclamado por miembros de la familia real saudí como cocinero personal, aunque sea de forma eventual.

Ha sucedido este mismo verano. «Eran dos padres con sus tres hijos, miembros de la casa real de Arabia Saudí. Venían de Marbella, donde habían contratado un cocinero. Pero necesitaban otro para su estancia de algo más de dos semanas en Ibiza. Una persona que les lleva las relaciones públicas me llamó para cocinar en su yate. Pero no se llegó a hacer, por un tema económico», desvela.

«Yo tengo mi caché», desliza para hacer saber que la oferta no era lo suficientemente generosa. «Aunque luego me arrepentí, porque es una forma de la leche de hacer contactos», reconoce Etxebarria.

No parecen faltarle, en todo caso. Desde que montó su propia escuela –aquel primer curso duró un año y se impartió en la Jan Eskola de La Alhóndiga– ha sido reclamado desde muy diversas partes del globo para impartir su saber culinario: escuelas de hostelería, empresas privadas, universidades (como la de UCLA, en California), cadenas hoteleras, millonarios que quieren darse un capricho…

¿Cómo se consigue tan nivel de popularidad? «Pues funciona mucho el boca a boca, y por supuesto internet», desvela, sin más. «A veces flipo», confiesa. «Por ejemplo, hace poco una cadena hotelera de Okinawa (Japón) quería que les guiara en el tema de la cocina. También he dado cursos en Televisa, la televisión mexicana…»

Aingeru Etxebarria ha girado por todo el planeta, haciendo malabares para compatibilizar esa absorbente actividad con las clases culinarias que imparte en su escuela. Que, por cierto, acaba de reabrir en otro lugar, y en otro formato. De, número 2 de la calle Errekakoetxe, al 10 de Mazarredo.

Se trata de un espacio polivalente –llamado Txoko Didáctico Bilbao By Aingeru Etxebarria– que además de la propia escuela de cocina, albergará un delivery de hamburguesas 'premium' – «hay que aprovechar que están de moda», admite–, una tienda con productos gourmet «de los que no son fáciles de encontrar en los supermercados», y un pequeño restaurante de curioso formato.

«Vendrán a comer doce personas, a las 14:30 horas. Entre ellos no se conocerán. Vendrán para comer los 6 platos que yo quiera. Les haré mi menú, mis locuras», desvela.

Aunque será responsable de todo el funcionamiento del espacio, esta vez ya no se trata de un negocio propio, sino que pertenece a un importante grupo hostelero local, del que prefiere no dar el nombre. Y él será un empleado con poderes ejecutivos.

La escuela sigue teniendo los mismos horarios que en su anterior etapa: curso «cien por cien práctico», dos horas en un día a la semana con tres posibilidades de horarios (de 11:00 a 13:00 horas, de 17:00 a 19:00, y de 19:30 a 21:30 horas), de septiembre –en este caso, por cuestiones logísticas, ha tenido que empezar en octubre– a junio. Y a un precio de 109 euros mensuales.

Existen dos niveles: uno de iniciación, y otro avanzado, «para gente que ya sabe y quiere platos más novedosos y elaborados». Se cocina en grupos de dos, «uno enfrente del otro», y se trata en la medida de lo posible de trabajar con productos de temporada. El único requisito es traer «un delantal y un 'tupper' para llevarse lo que cocinan». Y el único propósito, «pasarlo bien».

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